El barrio Gòtic está molesto. Es común ver por las calles --sobre todo en la Rambla a la altura del metro Liceu-- a personajes preguntando por lo bajo “¿coffee shop?, ¿marihuana, ¿cocaína?” a cualquier hora del día. Estos hombres ofrecen varios tipos de drogas y en caso de aceptar conducen al interesado hasta un espacio donde comprar, un poco más alejado del paseo principal de la ciudad. Muchos de ellos, en caso de pasar de la propuesta, insisten.
Es por esta situación que los vecinos agrupados en la asociación Resistim al Gòtic denuncian a través de una web y de Twitter el malestar que les genera esta actividad, en apariencia ilícita. Las alertas levantan las sospechas de que algunos clubes de marihuana aprovechan para vender otro tipo de estupefacientes en el mismo espacio.
Supuestos enfrentamientos
TV3 publicó días atrás un informe sobre una pelea en calle Còdols frente a un supuesto coffee shop o un club de venta de cannabis. Allí se revelaba --a través de las voces de vecinos anónimos-- que en el barrio hay unos 50 “captadores” y unos seis clubes cannábicos. A los mismos, entran más de 200 personas al día.
Sobre el episodio de la pelea, los Mossos d’Esquadra aseguran no tener constancia. Dicen que sí han recibido una llamada por la que han acudido al lugar de los hechos, pero al llegar no encontraron a nadie más que a una persona que aseguraba haber sido herida.
Clubes encubiertos
Desde Resistim al Gòtic explican en Twitter que no están en contra de los clubes de venta de marihuana, pero sí de la supuesta actividad delictiva que, sospechan, algunos de ellos llevan por detrás, como la venta y consumo de drogas duras como la cocaína, y los disturbios que genera la actividad en el barrio.
Por su parte, fuentes de la Guardia Urbana aseguran que “estos clubes no son ilegales, sino que hay una ordenanza municipal que los regula”. Aunque esto no quiere decir que algunos de ellos no aprovechen para realizar actividades ilegales, reconocen.
En cuanto a las denuncias de los vecinos, ni al ayuntamiento ni a los Mossos les constan denuncias formales, aunque sí quejas o llamadas telefónicas para contar algún episodio. Por ahora la venta de marihuana, cocaína, y en ocasiones hachís y heroína continúa abierta al público en el principal paseo peatonal de Barcelona.