Testigos de Jehová es uno de los cultos religiosos que más ha tardado en hacer autocrítica sobre los casos de abuso sexual que se han producido en el seno de la organización. Muchos de sus exmiembros denunciaron incluso a la entidad religiosa por haber tapado estos escándalos y otros delitos tras juzgarlos de forma interna.
La plataforma The Truth and Transparency Foundation (Fundación de la Verdad y la Transparencia) ha iniciado un nuevo proyecto, llamado FaithLeaks, para difundir muchos de los documentos confidenciales relativos a los abusos a menores guardados bajo llave por los Testigos. En estos documentos se evidencia cómo las políticas internas para tratar los casos de abuso favorecían a los depredadores sexuales a expensas de las víctimas.
Ryan Mcknight es junto Ethan Dodge el fundador de FaithLeaks. McKnight ha pasado dos semanas en España y explica a Crónica Global que "esta semana han lanzado la primera remesa de documentos". Se muestra prudente, pero su "objetivo" es conseguir lo mismo que con MormonLeaks --también de su creación-- para desvelar los centenares de casos que se mantienen secretos.
Documentos de 1999 a 2012
La documentación más antigua hecha pública se remite a 1999 y guarda relación con las comunicaciones entre los líderes religiosos de diversas congregaciones con WatchTower, el nombre por el que se conoce la sede principal en Nueva York y que actúa como ente legal del culto religioso, sobre un caso en el que un padre abusó de sus dos hijas menores de edad.
Los ancianos de la congregación determinaron que las denuncias de ambas mujeres eran auténticas. Una de ellas alegó haber sido atada de la cama por su padre cuando tenía cinco años mientras éste le examinaba la vagina para encontrar signos de masturbación.
La otra denunciante, hermana de la primera, relató que su progenitor la había violado en repetidas ocasiones de los ocho a los doce años. Según su testimonio, el padre lloraba y rezaba junto a ella en la cama tras violarla.
Presiones para no denunciar
La carta de la congregación de los Testigos de Jehová de Brimfield, Massachusetts, a WatchTower considera que el relato de ambas niñas “es racional”, y que todo indica que se trata “de episodios reales”.
Pese a ello, los líderes de los Testigos decidieron no emprender acciones contra el padre ya que una de las denunciantes no quiso comparecer ante él durante el proceso judicial interno.
Los documentos también revelan que los líderes religiosos presionaron a una de las denunciantes y a su marido para que no llevaran el caso ante la justicia convencional.
“Me amenazaba con enterrarme a trozos”
En otro de los archivos incompletos, una de las víctimas relata cómo su padre la “amenazaba con desmembrarla” y “matarla” junto “a su madre y hermana”. Para enfatizar sus palabras la llevaba al bosque y le “mostraba dónde enterraría sus trozos” si confesaba los abusos. “Cuando era más pequeña me lo mostraba cortando los brazos y piernas a mis muñecas”.
Parte de uno de los archivos en la que la víctima relata las amenazas de su agresor
El testimonio es estremecedor y muestra hasta qué punto los agresores también recurrían a la religión para asustar a sus víctimas: “Me leía Jueces 19 para justificarlo, alegando que tenía la aprobación de Jehová. Este capítulo de la Nueva Traducción Viviente, titulado En esos días, Israel no tenía rey, narra cómo un hombre ofrece a su hija a un grupo de depredadores para que la violen y posteriormente le corta el cuello en doce pedazos.
Reglas internas
Se desconoce el número de archivos secretos que aún están bajo posesión de Testigos de Jehová. De momento, los líderes del culto tampoco se han manifestado sobre estas recientes filtraciones.
Las revelaciones son congruentes con la forma de abordar los presuntos casos de abuso desde la entidad religiosa. Desde los tribunales que obligan a las víctimas a verse con su agresor o la necesidad de “dos testigos” para dar validez a una acusación aparecen en los documentos de FaithLeaks. Uno de los archivos explica la imposibilidad de continuar con la investigación porque los acusadores no tenían dos testigos de los crímenes en su contra.