La Audiencia de Girona ha acordado la prescripción de la pena de tres años de cárcel impuesta en 2012 a una entonces agente de los Mossos d'Esquadra. La mujer había sido imputada por poner tres multas falsas al camarero de una discoteca de Platja d'Aro (Baix Empordà), pero la causa caducó al transcurrir el plazo de cinco años para ejecutar la condena.



La condenada, Saray Pastor García, acudió una noche de mayo de 2008 a la discoteca Ático a buscar a su novio, que trabajaba como portero, y se dirigió a la barra a pedir una bebida, donde inició una discusión con un camarero que se negó a servirle porque ya estaban cerrando el local.



Tras advertirles de que era mossa d'esquadra, la mujer se fue del local y con ánimo de venganza, según la sentencia, buscó los datos personales del camarero y de su vehículo y, un mes después, le impuso desde su casa tres denuncias por infracciones de tráfico por conducir sin carné, hablar por teléfono y no llevar el cinturón de seguridad.

Víctima de venganza

El camarero abonó los 40 euros de la primera multa, para evitar tener problemas con la mujer, según relató en el juicio, pero al recibir las dos siguientes, que le acarreaban la pérdida de puntos del carné, se puso en contacto con un amigo que era mosso, le contó que creía que estaba siendo víctima de una venganza y al final denunció los hechos.



El fiscal solicitó para Pastor una pena de cinco años de cárcel, cinco de inhabilitación y una multa de 7.200 euros por un delito continuado de falsedad en documento oficial.



En febrero de 2012, la sección cuarta de la Audiencia de Girona condenó a la agente a tres años de cárcel, dos de inhabilitación y a una multa de 1.800 euros por un delito de falsificación de documento oficial cometido por funcionario público.

Fuera de los Mossos

Una vez transcurridos cuatro años y medio, sin haber pronunciamiento del Consejo de Ministros sobre el indulto, y acercándose el plazo de prescripción de la pena, la Audiencia revocó la suspensión en julio de 2017 y ordenó el ingreso en prisión de la condenada.



Por este motivo, a mediados de septiembre se dictó una orden de búsqueda y captura, para que entrara en prisión, si bien no pudo ser localizada.



Finalmente, el pasado 22 de noviembre, al cumplirse los cinco años de firmeza de la sentencia sin que la pena hubiera sido impuesta, su defensa solicitó su prescripción y Pastor, que ya no forma parte de la policía catalana, evitará la entrada en prisión.