El objetivo es que los niños autistas consigan relacionarse con normalidad, ganar autoestima y psicomotricidad. Y para conseguirlo, la asociación catalana Més que Surf, creada por un grupo de psicólogos y monitores voluntarios, ofrece un programa terapéutico gratuito para niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) en la playa de Aiguadolç, en Sitges (Barcelona).
“Intentamos que, a través del grupo, el entorno y el vínculo con el monitor, estos niños puedan mejorar su nivel de autoestima, psicomotricidad y habilidades sociales. Intentamos que se relacionen con los demás niños del grupo”, ha explicado a Europa Press el psicólogo y presidente de la asociación, Adrián Esteve.
Dificultad para comunicarse
En la iniciativa han participado niños desde los tres hasta los 18 años y cuentan con un monitor cada uno. Éste se reúne con la familia del niño para hacer entrevistas individualizadas: “La familia cuenta en qué le gustaría que mejorara su hijo y planteamos una terapia para ayudar mejor a ese niño. Hay que tener en cuenta que hay cosas como el neopreno, las etiquetas o la arena que les molesta muchísimo”, ha dicho Esteve.
En los diferentes grados del autismo, hay pequeños que “no se pueden comunicar” y otros “que se comunican de forma extravagante”. La mayoría son muy rígidos en las rutinas, les cuesta ser flexibles: “Al final es un déficit en la socialización, que es muy variable en función de los niños”.
En el programa colaboran alrededor de 30 monitores y se desarrolla durante dos horas, todos los domingos, en un periodo de dos meses y actualmente hay una lista de espera de entre 150 y 200 niños.