En el bar Los Cuñados de Santa Coloma no se habla de otra cosa. Al joven Froilán le han robado una pasta indeterminada, pero gansa, en el bingo del club Canoe de la Castellana, establecimiento de ocio fino del club marítimo (¿qué pasa?) de la capital de España. El relato de los hechos es confuso y abona, entre otras, la sospecha de la existencia de un descuidero en el entorno del muchacho. Hay denuncia, pero no denunciado. 



A la cuadrilla le gusta apostar en el hipódromo de La Zarzuela y al fútbol, pero no juegan a las quinielas, sino a la inglesa. El entretenimiento arrasa hasta el punto de que menudean los partidos amañados en Tercera y ha rebajado la fiebre del póquer Texas Hold'em, que las nuevas generaciones consideran un juego de viudas. Chen, el dueño del bar, sólo tiene a disposición de sus distinguidos clientes una baraja española churretosa y unas fichas de baquelita que resultan impracticables para el dominó porque faltan piezas. Requerido al respecto, Chen enseña un precioso conjunto completo de tablero y fichas de "mahjong" confeccionadas con el mejor plástico de Sichuan. Claro que para jugar al "mahjong" hay que saber leer en mandarín.



Se han perdido las quinielas, el dominó y el mus y entre el proceso y Hacienda se han cargado hasta el Gordo. En cambio, resurge el bingo, que eso sí que es de hogar del jubilado, pero con pantallas gigantes para ver partidos, combates y carreras. 



Se habla menos de María Lapiedra y el reportero Gustavo. Dos matrimonios rotos por una pareja imposible. Parece Cataluña. El marido agraviado intenta dolarizar su causa en los platós. La ex esposa ofendida no cae en esa trampa. El asunto tiene poco recorrido, pero muchas derivadas que exceden del discernimiento de los parroquianos. 



La Navidad ha caído tan de golpe que no hay tregua. Las tropas alemanas ya no juegan partidos de fútbol con los soldados ingleses. Ha habido bofetadas hasta en las puertas del Via Veneto por el Tema, que será un "must" fatalmente inevitable en las mesas festivas, salvo en las casas de Pilar Eyre y Risto Mejide, que son votantes confesos del Partido Animalista contra el Maltrato Animal (PACMA), que ha obtenido 38.520 votos del ala a favor del reino animal. Por ese lado, el gran derrotado ha sido el partido PUM+J, siglas de Por un Mundo más Justo, con 573 votos.