Todo está contaminado. Jorge Javier Vázquez rompió con su novio por el tema catalán y saltaron las alarmas en todas las redacciones. Lo dijo en el programa de Ana Rosa, a donde fue para no hablar del trompazo de audiencia de Gran Hermano Revolution y contar, en cambio, las peloteras familiares a cuenta del proceso. El novio es de Tarragona y Jorge Javier, de Badalona. Ahí lo dejó el monstruo de Telecinco. Ya han vuelto porque sus rupturas son tan abruptas como pasajeras, aunque han decidido que es mejor no hablar de política.



La catástrofe del Gran Hermano sin Mercedes Milá ha dejado en la nevera el estreno de GH Vip porque ahora mismo la audiencia prefiere las peripecias de los candidatos a las menudencias de los habitantes de la casa de Guadalix de la Sierra. El impacto del proceso es de tal profundidad que hasta Jorge Javier se ha entregado a sus influjos, se ofrece como moderador de debates tipo Évole y anda a la búsqueda de alguna política que le haga otro Colau en Sábado de Luxe. Dice que como está empadronado en Madrid vota por la comunera Carmena, pero que en Cataluña lo haría por Iceta, pero ni Rita Maestre ni Ramon Espadaler quieren explicar sus intimidades en el plató de Jorge Javier.'

La 'Begoña Villacís británica'

Ahora todo se ha encabronado, David Bustamante ya ha olvidado a Paula Echevarría, Laura Escanes aguanta con Risto Mejide y la pareja del momento es la formada por el príncipe Harry y Meghan Markle, que se ha hecho popular en España por su tremendo parecido con Begoña Villacís, la Arrimadas de Madrid. 



El cancaneo está por los suelos a pesar de que este año del Señor empezó como un cohete en materia de la víscera. Arrancó la temporada con el relato de las intimidades del Rey emérito con Margarita García García, alias Bárbara Rey, y acaba con la ruptura del matrimonio del reportero Gustavo González, que tenía y tiene una doble vida con María Lapiedra, de normal Maria Pasqual, musa de los albores del proceso independentista. La exnovia de Laporta llegó a despelotarse a las puertas del Parlament en una performance a favor de Solidaridad per la Independència en la que también estaba Jimmy Jump. Eran otros tiempos y Lapiedra arrasaba con el temazo "No me subas el Iva, bájame las bragas", que fue el último estertor de la canción protesta.