La eternización del proyecto de la plaza de las Glòries de Barcelona llega a su fin. Teóricamente, por lo menos. Este martes, 5 de diciembre, era el último día para que las constructoras que quieren encargarse de retomar uno de los trabajos enquistados de la ciudad presentasen sus ofertas en el concurso público.
Más de 20 compañías se han interesado hasta la fecha por la situación actual del túnel que llevaba 22 meses construyéndose y que el gobierno de Ada Colau frenó en abril. La UTE (Unión Temporal de Empresas) a la que se adjudique retomar la construcción deberá reiniciar los trabajos en enero de 2018 y finalizarlos a principios del 2020.
Paralización de las obras
El frenazo del proyecto iniciado en la época del exalcalde convergente Xavier Trias (abril de 2015) se produjo en una comisión extraordinaria de Ecología, Urbanismo y Movilidad creada para debatir acerca de la rescisión del contrato con la UTE constructora del proyecto, formada por Rogasa, Copisa, Arnó y Compsa.
Los comunes solo tenían el apoyo de la CUP para paralizar las obras y el resto de los grupos tumbaron la iniciativa municipal con la abstención del concejal no adscrito, Gerard Ardanuy (Demòcrates de Catalunya). Las votaciones finales resultaron 18 a favor y 22 en contra, pero el ayuntamiento se reunió horas después con el consejo de administración de Bimsa y rescindió el contrato con la UTE.
El túnel más profundo
La nueva licitación contará con un presupuesto aproximado de 39,2 millones de euros, según calcula el equipo de gobierno de Ada Colau, que a través de la concejal de Urbanismo, Janet Sanz, reitera la complejidad de la fase en la que se encuentra el proyecto y se excusa ante el retraso y sobrecoste, del que culpa al conglomerado de constructoras.
El túnel que permanece a medias unirá las calles Badajoz y Castillejos y es la primera fase del soterramiento del tráfico de Glòries que pretende garantizar la movilidad de la zona, actualmente caótica desde que se inició el derribo de la anilla viaria. Se trata del tramo más profundo, ya que pasará por debajo de los túneles ferroviarios llegando a 25 metros bajo la rasante de la plaza, y tendrá una longitud de 508 metros.
La siguiente fase, de 449 metros, será el túnel que unirá Badajoz con la rambla del Poblenou, un tramo que discurrirá a una profundidad de 10 metros por debajo de la Gran Via y que contará con salidas de evacuación directas en el exterior, distanciadas a menos de 200 metros y construidas con pantallas.