El número de mujeres que han muerto a manos de sus parejas o de sus ex en 2017 en España ya es superior al total del año pasado. Hasta el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora este sábado, 25 de noviembre, 45 hombres han asesinado a sus novias, esposas o antiguas parejas. Pero esta es tan solo una parte, la más grave y visible.
Las palizas, las agresiones sexuales, la dominación, los insultos y los comentarios de hombres a mujeres también son violencia machista, aunque agresor y víctima no tengan ningún tipo de vínculo. Los asesinatos no son la única cifra que ha crecido este año. Las denuncias cada vez son más.
En Cataluña, los Mossos d’Esquadra han recibido 10.968 alertas entre enero y octubre; o, lo que es lo mismo, 36 denuncias al día. En comparación con el año pasado, la cifra ha aumentado el 3,5%. Pero el dato que más llama la atención es el incremento de chicas menores de edad que acuden a la policía para avisar de agresiones machistas, del 11,1% en un año.
Más concienciación
Los expertos lo atribuyen a la mayor concienciación que existe sobre el asunto. “El esfuerzo para visibilizarla con campañas, algunas de ellas dirigidas directamente a los jóvenes, ha influido; no es que haya más agresiones, sino que se denuncian más”, asegura Núria Balada, presidenta del Institut Català de les Dones.
Campaña de concienciación de la Generalitat en motivo del 25N / CG
Coincide con ella el catedrático de Psicología de la Universitat de Barcelona (UB) Antonio Andrés Pueyo, que añade que el hecho de que ha habido un aprendizaje sobre las relaciones de pareja ha ayudado a detectar actitudes machistas. “Los casos de agresión física y asesinato son muy fáciles de ver, pero los demás no siempre están claros; ahora, la tolerancia es muy baja”, explica.
¿Menos casos?
Pero no todos consideran que ha sido exclusivamente la concienciación que ha hecho aflorar las denuncias. La coordinadora de violencia contra la mujer del Colegio de Psicología de Cataluña, Jocelyn Guerrero, considera que ha habido una “reacción a los límites que ha puesto el feminismo”, es decir, que la concienciación sobre el asunto ha despertado el machismo más profundo.
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Los únicos datos disponibles son los referentes a las denuncias, por lo que es imposible saber si una mayor concienciación ha resultado en una disminución de los casos. “Entre los jóvenes hay un exceso de tolerancia; también influyen las figuras de referencia para los adolescentes, normalmente de actitud dominante y masculina”, considera Guerrero.
El objetivo de la agresión de hombres contra mujeres es el mismo en adultos y jóvenes. En este segundo caso, las actitudes más repetidas a combatir son los micromachismos y las relaciones de dominación, según Balada: “Es un problema estructural, presente en nuestra sociedad y que las nuevas tecnologías han acentuado”.
Dentro y fuera de la pareja
Es frecuente la confusión entre violencia doméstica y machista. Mientras que el primer término se usa para referirse a los casos dentro de la pareja, el segundo concepto engloba todas las situaciones de hombres contra mujeres, tengan o no algún tipo de relación agresor y víctima. “Las agresiones sexuales como la que se produjo en los sanfermines de 2016, la violación en grupo de La Manada a una chica, también son violencia machista; también lo es el acoso sexual de un jefe a una empleada, por ejemplo”, sentencia el catedrático.
Cuando se trata de violencia en la pareja, sí hay diferencias entre los adultos y los jóvenes. En la mayoría de los casos, los primeros suelen darse en relaciones consolidadas y entre personas con experiencia, mientras que los episodios de agresión de chicos sobre sus novias se producen habitualmente al inicio de la relación. “Así, es una menor habilidad para resolver conflictos en edades tempranas que incide en la evolución de los casos”, según Pueyo.
Estudiantes universitarias en una protesta / EFE
Los motivos de los agresores cambian si se trata de agresiones dentro de la pareja –los celos suelen ser la razón predominante–, o entre desconocidos. Las consecuencias también. “Cuando el hombre ejerce agresión física, psicológica o sexual sobre su novia o esposa, la víctima tiende a pensar que es una situación transitoria, a disculpar a su agresor y también a culpabilizarse de los hechos”, indica el catedrático de la UB.
Movilizaciones
Como cada año, se llevarán a cabo movilizaciones el 25N en toda España. En Cataluña, además de los actos se lanzará una campaña a partir del me too (yo también) que se viralizó en las redes sociales y a través de la cual las mujeres explicaban casos de machismo que habían sufrido a lo largo de su vida.
El objetivo es, según la presidenta del Institut Català de les Dones: “Mostrar que todas las mujeres, en un momento u otro, hemos sufrido violencia machista de algún tipo, y que la misma raíz patriarcal que empuja a los hombres a cometer agresiones sexuales es la que hace que el machismo aparezca en todos los ámbitos”.