Lluvia de ideas para fomentar el Puerto de Barcelona como una ubicación más de las que el gobierno de Ada Colau pretende exprimir. A las propuestas como el "Tast a la Rambla" --feria gastronómica promovida por el ayuntamiento para que los vecinos recuperen el mítico paseo barcelonés--, se suma ahora la iniciativa que ha presentado la concejal del distrito de Ciutat Vella, Gala Pin.
“El merendero del puerto”. Así es como ha bautizado ella misma su proyecto y así es como se lo ha hecho llegar a los principales responsables de la organización en un correo electrónico, al que ha tenido acceso Crónica Global. Pin argumenta que se trata de que “la gente vaya más al puerto y de ganar espacio público para el Gòtic”, uno de los barrios que se encuentran en su territorio y cuyo encargo de dinamizarlo corre a su cuenta.
Picnic y barbacoa
La concejal se centra en el Moll Bosch i Alsina, más conocido como el Moll de la Fusta, con una superficie de 9.000 metros cuadrados. Propone construir el equipamiento que se considere necesario para hacer un merendero popular, así como “plantar árboles para evitar insolaciones”, instalar mesas y sillas para hacer picnics, además de la infraestructura para poder hacer barbacoas ("debajo del recoveco del puente, el trozo que queda bajo el desnivel entre la parte de arriba del muelle y la de abajo").
Propone “aprovechar para hablarlo” con el Puerto de Barcelona antes de que éste lleve a cabo la concesión del restaurante que pretenden instalar en Palau de Mar con la reforma de la zona. “Habrá un restaurante, sí, pero no será de carácter exclusivo como el que tienen previsto hacer, sino de carácter popular”. Y para ello, añade cuál es su referencia: el Merendero de les Planes, situado en la sierra de Collserola.
Venta de pescado fresco
La idea es crear un espacio con la opción de comer en el restaurante o alquilar las mesas, sillas y parrillas para hacerse la comida uno mismo. “Sería crucial poder mantener precios populares”, insiste, para conseguir más afluencia de gente. “Además, el Marítimo, por lo que tengo entendido, quería que aquella dársena se destinase a las embarcaciones tradicionales”, apunta, por lo que sugiere presentarle una propuesta elaborada.
Fragmento del correo electrónico enviado por la concejal de Ciutat Vella, Gala Pin / CG
Pin baraja la idea de fomentar la creación de una cooperativa que pueda acceder a la gestión del restaurante y hablar con la cofradía de pescadores para que se pueda comprar allí mismo el pescado fresco para las barbacoas a precios populares. Y baraja la idea de vincular la actividad con el Museo Marítimo: “Si visitas el museo, tener descuento en el alquiler de la barbacoa, o que puedas hacer comida de tupper (con el pescado que te has cocinado tú allí) en los barcos tradicionales, mientras te explican la historia de la embarcación por un módico precio”.
Paga el ayuntamiento
Para evitar que por la noche se convirtiese en un punto de encuentro de botellón, la concejal de Ciutat Vella ofrece la posibilidad de “poner una minicaseta” donde guardar las mesas y sillas, poner rejas a la barbacoa “para evitar que alguien vaya a cocinar por la noche”, y mantener la zona vigilada.
El proyecto del merendero en el Moll de la Fusta, explicado por Gala Pin / CG
La propuesta continúa: “Podríamos pensar en qué hacer en la zona de arriba: ¿Petanca? ¿Juegos infantiles cubiertos para que los niños no se achicharren? ¿Una zona de recreo para perros?”. También plantea utilizar una de las paredes del desnivel para poner una pantalla fija. Es decir, allanarla y pintarla de blanco y poner un punto de luz para que los vecinos puedan organizar cine al aire libre. Por último, sugiere hablar con “los que hacen piragüismo (¿es una escuela?)” para que den clases de piragua o oferten “ir en piragua un rato”.
El coste de la infraestructura necesaria para llevar a cabo el proyecto, según el escrito de Gala Pin, podría asumirlo el Ayuntamiento de Barcelona con el presupuesto destinado al Plan de Barrios. “No creo que sea tan caro”, sostiene.