Llevar el cinturón de seguridad desabrochado puede conllevar multas de hasta 200 euros y la pérdida de tres puntos del carné de conducir. A partir de este sábado 50 cámaras de videovigilancia de la Dirección General de Tráfico (DGT) empezarán a denunciar estos casos. Los dispositivos instalados en las carreteras españolas funcionan desde hace dos meses, aunque sólo emitían avisos.
Desde ahora, empezarán a denunciar. En estos dos meses de prueba se han detectado 331 conductores que circulaban sin el cinturón de seguridad, aunque la cifra podría ser superior, ya que sólo se contabilizaban los casos en los que no existía ninguna duda. Las cámaras están repartidas por todo el país excepto en Cataluña y el País Vasco, que tienen competencias en materia de tráfico.
El director de la DGT, Gregorio Serrano, ha recordado que cada año mueren unas 200 personas en accidentes por no llevar el cinturón abrochado, por lo que el objetivo de esta medida es “salvar vidas”. El sistema de vigilancia se ampliará de las 50 cámaras iniciales a 227. Éstas sólo vigilan al conductor, aunque la obligación de llevar el cinturón es para todos los ocupantes de los vehículos.