El PP se lía con las especies exóticas invasoras
El Gobierno busca un consenso a lo artículo 155 para indultar al invasor americano (cangrejo rojo) y a otras cuatro especies exóticas por “sus efectos económicos y sociales”
6 noviembre, 2017 00:00En otro conflicto heredado por dejadez, de sus propios ejecutivos y los socialistas, el Gobierno utilizará uno de los últimos plenos del año del Congreso de los Diputados para amnistiar por razones económicas y sociales (“excepcionales” o de “imperiosa necesidad”) a cinco especies invasoras con el cangrejo rojo y la trucha arcoíris a la cabeza. Ciudadanos y, sobre todo el PSOE, serán decisivos, en un tardío y disputado consenso que recuerda al famoso del artículo 155.
El Ejecutivo de Mariano Rajoy tiene totalmente en contra a Podemos y formaciones cercanas y a las principales organizaciones conservacionistas, Ecologistas en Acción, WWF y SEO/BirdLife. Y a favor, a cazadores, pescadores y sectores económicos próximos que, sobre todo en Andalucía, han creado una industria millonaria en torno al crustáceo de origen americano.
Reportaje del cangrejo rojo americano publicado por Ecologistas en Acción
Algo similar ocurre con la trucha arcoíris y la carpa, que pescan de manera intensiva miles de aficionados en toda España, y el arruí, un bóvido salvaje del Atlas de gran cornamenta, muy cotizado en cacerías y que campa por las sierras de Murcia y Valencia y la alga comestible wakame.
Incógnita nacionalista
El Gobierno ya las indultó con su reforma en 2013 del Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. Pero los ecologistas recurrieron, y el Tribunal Supremo lo revocó el año pasado y mantuvo la prohibición genérica de “su posesión transporte, tráfico y comercio de ejemplares vivos o muertos, y de sus restos, incluyendo el comercio exterior”. Se basó en que suponen una amenaza grave para las especies autóctonas, el medio ambiente y los hábitats ecosistemas.
Rajoy volvió a la carga el pasado junio tratando de modificar la Ley de Patrimonio Natural. En este caso contó con el apoyo de los nacionalistas del PNV y PDeCAT. Pero no fue suficiente, y precisamente tras la aplicación del famoso 155, la incógnita se orienta hacia el no.
No obstante, el proyecto hace un guiño al mundo nacionalista al ampliar la competencia para que las comunidades autónomas “puedan establecer sus catálogos de especies exóticas invasoras, determinando las prohibiciones y actuaciones suplementarias que consideren necesarias para el control y la erradicación”.
Tibieza de Cs y PSOE
El PP no tendrá otro remedio, una vez más, que buscar el acuerdo con Ciudadanos y el PSOE. La formación que preside Rivera se deja querer y está a favor de la iniciativa “con matices”, según su portavoz Toni Cantó. Considera que especies como la carpa común, que fueron introducidas en su día por la propia administración (Icona), están perfectamente adaptadas al medio, hacen aportaciones al mundo rural y no deber ser consideradas invasoras, ya que no están compitiendo con especies autóctonas.
El partido de Pedro Sánchez se muestra más esquivo. No en el caso de Andalucía, donde se comercializa el cangrejo americano, y se ve con buenos ojos su exclusión como invasor dañino. Pero Hugo Morán, portavoz parlamentario en la materia, asegura que no apoyará la reforma porque se está recurriendo a una “anomalía legislativa”. A su juicio, los cambios en la Ley de Patrimonio Natural deben impulsarse con una proposición de ley y no con un proyecto.
Amenaza a la diversidad
Para los conservacionistas, las especies invasoras suponen “una gran amenaza para la diversidad y la economía”, estimada en 1.500 millones de euros anuales en todo el mundo, según un estudio publicado por la revista Nature. También estiman que la erradicación de especies exóticas costaría 100 millones en los próximos 10 años.
Para Theo Oberhuber, portavoz de Ecologistas en Acción, la iniciativa del PP supone una cesión a ciertos colectivos de cazadores y pescadores. “Es peligrosa e inaceptable, ya que va en contra del Tribunal Supremo, del criterio científico y del sentido común”. Podemos ya votó en contra de la proposición en junio. Su portavoz, Juantxo López de Uralde, comparte estas críticas al ciento por ciento.
Theo Oberhuber, portavoz de Ecologistas en Acción / EP
Desastre económico
La negativa parlamentaria a la reforma legislativa dejaría fuera de la ley la caza y la pesca de estas especies, por las que se cobra a los participantes, con las pérdidas que se trasladarían también al turismo, incluido el cierre de piscifactorías. En España hay 95 dedicadas a las truchas arcoíris y cinco al cangrejo rojo para el consumo.
La plataforma Mundo Rural, en la que también están representados ganaderos y agricultores, asegura que esta actividad genera más de 3.000 millones anuales, sobre todo en zonas rurales de Andalucía, Castilla-La Mancha, Cataluña y Extremadura. También denuncia que la falta de esta actividad está favoreciendo la despoblación.
Según su balance, desde la aplicación de la sentencia del Supremo que decretó la prohibición de pescar estas especies, se han cerrado el 25% de los establecimientos relacionados con la actividad, el 60% de las piscifactorías y ha caído el 50% de la venta del material y el 70% de las embarcaciones. Asimismo, más del 70% de las contrataciones turísticas internacionales han sido canceladas.
Cangrejo demoledor
El cangrejo rojo (Procamburus clarkii), introducido en Andalucía en 1974, es el prototipo de especie invasora dañina y demoledora. Investigadores de la Estación Biológica de Doñana, dependiente del CSIC, aseguran que ha esquilmado especies, como algunos anfibios, invertebrados y aves que dependen del suelo marino. Incluso resaltan que el cangrejo autóctono, que en realidad era italiano, desapareció tras su llegada.
Pero sólo en la cuenca del Guadalquivir, según la Asociación de la Pesca y Acuicultura del entorno de Doñana, su facturación supera al año los 20 millones anuales, proporciona 250.000 jornales de ocho horas y da de comer a más de 6.000 familias. España es el tercer productor del mundo, tras China y Estados Unidos, y destina más del 80% de la producción a la exportación.
Si el cangrejo se dejara de pescar y comercializar, paradójicamente, también afectaría a los arroceros. Aumentarían los ejemplares que construyen cangrejeras en contra de la corriente de agua, de manera que perforan las carreteras y estropean los cultivos.
Erradicarlos tampoco es posible, “ya que son millones y millones y se reproducen a una velocidad de vértigo”, asegura el ambientólogo Antonio Cano. “Si la eliminación te va a destrozar la economía de una zona y además no se va a notar mejora ambiental… ¿para qué hacerlo?”, plantea.
Trucha para recreo
Una trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss), pez eurihalino de agua dulce y de mar
En contra de lo que se cree, la Unión Internacional (UICN) considera a la trucha arcoíris, junto al cangrejo, entre las cien especies exóticas invasoras más peligrosas del mundo. El proyecto del PP recoge que para “restar presión a la pesca de la trucha común” (la propia de España), las administraciones podrán permitir sueltas, siempre que los ejemplares hayan sido criados en cautividad e infertilizados.
La Xunta de Galicia y la Comunidad de Madrid han soltado miles de alevines en ríos y embalses de trucha arcoíris, para favorecer su pesca de recreo, a pesar de su impacto medioambiental “alto”, según la Comisión Europea.
Enemigos andantes
Las excepciones en litigio solo son la punta del iceberg del amplio catálogo de especies exóticas invasoras realizado por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente. Son consideradas enemigos dañinos de los ecosistemas, pero los sucesivos gobiernos se han inhibido a la hora de tomar medidas.
Es el caso del alga asesina que invade el Mediterráneo, la almeja asiática o el mejillón cebra, que incluso ponen en peligro algunas infraestructuras hidráulicas, la hierba de la pampa, el mosquito tigre, el picudo rojo, el visón americano, la cotorra argentina, el árbol ailanto, el mapache, o en Cataluña el caracol manzana, el coipú, el cerdo vietnamita y el jacinto de agua, según el reciente catálogo de Exocat.