Siete días consecutivos llevan de paro trabajadores de las tiendas de Bershka --marca del grupo Inditex-- en Vilagarcía, Pontevedra y Vigo. 74 mujeres y un hombre (ha habido algunas bajas) comenzaron una huelga indefinida la semana pasada: la más larga que ha afrontado el grupo desde su nacimiento.
El pasado martes, la empresa accedió a negociar, pero las representantes sindicales rechazaron inicialmente la oferta de Inditex, que incluía "mejoras económicas bastante alejadas de nuestras peticiones”. Este miércoles han trasladado a sus compañeros la propuesta pero no ha habido acuerdo.
Doble discriminación
La huelga --convocada por la Confederación Intersindical Galega (CIG), mayoritaria en el comité de empresa, y secundada al 100% por la plantilla en la provincia-- pretende poner fin a la “doble discriminación” a la que las empleadas aseguran estar sometidas.
Por una parte, se sienten discriminadas por percibir “salarios inferiores” a sus compañeras de otras provincias, y por otro lado por “las diferencias entre las dependientas” de los mismos comercios que trabajan a tiempo completo y las que tienen jornada parcial.
Desigualdad por provincias
Llaman la atención las desigualdades laborales que Inditex ofrece en las distintas provincias. Según datos ofrecidos por el comité de empresa, mientras las empleadas de Santiago (A Coruña) tienen 39 días de lactancia, las de Vilagarcía (Pontevedra) disponen de 21 y las primeras cobran además dos pluses, por importe de casi 2.000 euros, que la de Vilagarcía no reciben.
En la misma provincia de Pontevedra, los representantes sindicales sostienen que las empleadas a media jornada “hacen los peores turnos y más fines de semana que las demás” así como “horas complementarias que no computan para el descanso semanal” pese a que, aseguran, hay volumen de trabajo suficiente para que la empresa les aumente su jornada hasta un 65% o 75%.
El comité de empresa está convencido de que la negociación iniciada con la firma será dura, ya que entiende que Inditex teme un efecto dominó.