Jordi Valmaña, el director general de Cementiris de Barcelona, admitió que actuó incorrectamente tras el derrumbe de 144 nichos en Montjuïc. En el consejo de administración del pasado 28 de septiembre, Valmaña reconoció que no avisó a los bomberos ni a la Guardia Urbana tras las primeras grietas, ni después del derribo del 15 de septiembre.
Valmaña se ha visto beneficiado por el procés, que ha tamado el mayor escandalo de la historia de Cementiris. El 13 de septiembre se detectaron las primeras grietas en Montjuïc y la empresa municipal impidió el acceso a la zona afectada a personas y una línea de autobús. Valmaña, sin embargo, no adoptó medidas drásticas para solucionar el problema. Dos días después, a las 7:45 horas, se produjo el derrumbe y la posterior mezcla de escombros y restos mortales.
“Al impedir el acceso a la zona afectada evidenciaron que había un problema, pero se cometieron errores de bulto. En primer lugar, no existía un protocolo de actuación. En segundo lugar, deberían haber avisado a los bomberos y la Guàrdia Urbana para que apuntalaran las grietas detectadas previamente en la construcción. En tercer lugar, el plan director data de 2008 y describe el Cementerio de Montjuïc como una zona de no riesgo”, denuncia una de las personas presentes en el consejo de administración.
Proyecto indefinido
Como recoge Metropoli Abierta, en Montjuïc se construyeron sepulturas encima de las previstas inicialmente, sin reforzar las bases. El cementerio más grande de Barcelona cuenta con 150.000 sepulturas.
La oposición al equipo de gobierno de Ada Colau desaprueba la gestión del Ayuntamiento. El PP, por ejemplo, ha pedido una auditoría técnica para analizar las causas del hundimiento, las causas del mismo y que se adopten medidas de prevención para evitar nuevos casos.
Sònia Recasens, concejala portavoz del grupo Demòcrata, criticó la gestión y el silencio Colau, “una persona tan activa en Twitter que no ha dicho nada” del derrumbe de Montjuïc.
Dos millones de beneficio
Recasens también expresó que su partido pedirá la instauración de un nuevo plan director “porque el actual ha quedado totalmente desfasado”. La concejala sentenció que el derrumbe del 15 de septiembre fue “el accidente más grave que han padecido las familias de Barcelona en los últimos años”.
Cementiris ha tenido más de dos millones de euros de beneficio en los últimos años. Curiosamente, la empresa municipal sólo ha invertido 1,1 millones de euros en rehabilitación. “La mayoría de las inversiones se han destinado a incineración y nuevas oficinas”, lamenta una fuente muy próxima a Valmaña.
Persona calificada de “opaca” por sus colaboradores y de marcado perfil nacionalista, Valmaña ha encontrado en Colau a una inesperada colaboradora para sobrevivir tras la crisis de Cementiris. En Montjuïc recuerdan que también tuvo buena sintonía con los gobiernos del PSC y de CiU. Aseguran que “tiene muy bien montado su chiringuito”. Él y Eloi Badia, presidente de Cementiris y regidor de Presidencia, agua y energía, han esquivado cualquier responsabilidad pese al malestar de las familias afectadas, que reclaman medidas drásticas y dimisiones.