A las 16.00 horas del miércoles 13 de septiembre, dos días antes del derrumbe de 144 nichos en el cementerio de Montjuïc, el Ayuntamiento de Barcelona detectó “una gran grieta” en el bloque que se hundió. Lo ha explicado este viernes el concejal de Presidencia de Barcelona, Eloi Badia, que ha comparecido ante los medios para dar explicaciones una semana más tarde de los sucesos.
El edil ha explicado que se avisó al técnico a las 9.00 horas del jueves y se cortó la calle para iniciar los trabajos de reparación. “Desgraciadamente, no llegamos a tiempo de solucionar la grieta”, ha añadido, ya que la madrugada del viernes se derrumbó.
“Acumulación de circunstancias”
El consistorio encargó dos informes independientes a dos arquitectos que expertos en arquitectura funeraria y determinaron que el derrumbe no era previsible. El colapso de los nichos, según el concejal responsable, se debe “a la acumulación de circunstancias” como la orografía complicada del terreno y los daños de la arquitectura interna. Algo que, en su opinión, era imposible de predecir.
El mismo día del derrumbe se activó el protocolo de emergencia para ponerse en contacto con las familias y se movilizó “prácticamente” a todo el personal del cementerio, se reforzó la brigada y se incorporó a psicólogos para prestar atención a las familias que lo requerían.
63 difuntos identificados
El concejal ha explicado que se han identificado por el momento a 63 difuntos de los que permanecían en el bloque hundido y que cuatro de las tumbas estaban vacías, por lo que faltan por identificar 77 cuerpos. Se derrumbaron completamente 68 nichos, 24 siguen bajo las ruinas y 28 se derribaron de forma preventiva.
Según Badia, otros 24 siguen en pie pero ya se han retirado los restos porque también se derribarán de forma preventiva, y ha señalado que todos los restos que ya se han recuperado se han colocado en otros nichos, porque no pueden quedarse al aire libre.
Inversión para rehabilitación
Serán las familias afectadas quienes decidan si prefieren que sus difuntos permanezcan en los nichos en los que se están ubicando o se trasladen al bloque que se construirá para sustituir el derrumbado –que tendrá un coste de unos 200.000 euros--. El equipo de gobierno de Ada Colau ha contactado con la mayoría de familiares excepto de unas 40, cuyos difuntos llevan enterrados más de una década.
El titular de Presidencia de Barcelona ha recordado que más del 40% de la inversión de Cementiris de Barcelona se destina a rehabilitación y mantenimiento, con 24 millones en diez años --10,2 de ellos para Montjuïc--, y el Plan Director de 2007 estableció zonas de riesgo en las que actuar y ésta, precisamente, se marcaba como “una zona de no actuación, porque estaba bien”.