La Sagrada Família fue objeto de una falsa amenaza de atentado el 12 de septiembre. El templo y toda la zona de los alrededores fueron acordonados y la parada del metro se cerró por una alerta ante un posible ataque terrorista. Este jueves, el arquitecto técnico que se ocupa de las obras, Jordi Faulí, ha explicado que la basílica se está equipando para aumentar la seguridad.
A finales de año se prevé que esté terminados dos edificios adyacentes que servirán de accesos para realizar controles de seguridad a los visitantes. El proyecto se empezó hace dos años, siguiendo las recomendaciones de los Mossos d’Esquadra, y su construcción se inició a principios de 2017.
Los accesos estarán situados junto a la entrada de la fachada del Nacimiento. Actualmente, los controles se realizan con un detector de metales. Las medidas de seguridad se han incrementado desde que el templo de Gaudí se convirtió en objetivo explícito del yihadismo, “igual que los cuerpos policiales han aumentado sus dotaciones sin subir el nivel de alerta”.