Uno de los objetivos del terrorismo yihadista es inocular el miedo en la sociedad occidental, y, pese a los esfuerzos de esta por combatirlo, los hechos demuestran que esta batalla no será fácil ganarla y que una cierta psicosis se ha instalado en las comunidades que han recibido el mazazo de los asesinos, como es el caso de Barcelona.
Esta realidad pudo comprobarse este martes por la tarde, con la falsa alarma de atentado en el entorno de la Sagrada Familia. La operación antiterrorista duró poco más de una hora, pero la sensación de vulnerabilidad se extendió por toda la ciudad, cuando todavía supuran las heridas del brutal atentado del 17 de agosto.
Redes sociales
El despliegue policial fue muy amplio. Se acordonó toda la zona, se cerró la estación de metro, se desalojó la Sagrada Familia y los comercios cercanos y se instó a los vecinos a no salir de sus casas.
Desde el momento en que saltó la alerta, las redes sociales se inundaron de mensajes de temor ("Sagrada Familia" fue trending topic en Twitter) y los grupos de Whatsapp mostraban la preocupación de los ciudadanos de Barcelona.
Lo cierto es que también ayudó a extender el pánico el hecho de que a media tarde los Mossos d'Esquadra habían activado un importante dispositivo antiterrorista que colapsó los accesos a la ciudad. El operativo, que incluyó controles en varias autopistas, respondía a informes internacionales que apuntan un manifiesto riesgo de atentado terrorista en Barcelona.
Instrumentalización política
También hubo quien aprovechó el terrorismo para hacer campaña en defensa del referéndum secesionista ilegal del 1-O. Es el caso de la conocida activista independentista Pilar Rahola, que no dudó en instrumentalizar la situación. "Alerta 4 de terrorismo, desalojo Sagrada Familia, y Rajoy quiere que los Mossos se dediquen a perseguir urnas. Patético e irresponsable", señaló en un tuit.
Finalmente, los Mossos d'Esquadra constataron que se trataba de una falsa alarma, pero la sensación de vulnerabilidad que tienen muchos ciudadanos barceloneses parece que ha llegado para quedarse.