Le tenían delante y no le vieron. Poco después de las nueve de la mañana del pasado 21 de agosto, una mujer estacionó su coche en el aparcamiento situado frente a un macro centro comercial que se encuentra a las afueras de Sant Pere Molanta, un pequeño municipio del Penedès, al sur de Barcelona.

Cuando se disponía a cerrar con llave el turismo, un hombre se le abalanzó y trató de robarle el coche. La mujer, en un acto reflejo, se revolvió, se resistió como pudo y empezó a gritar. El asaltante, desconcertado por la situación, cejó en su empeño y emprendió la huida a pie.

No cayó en la cuenta

Era Younes Abouyaaqoub. Pero la mujer no tenía la imagen de este hombre (cuya foto, sin embargo, ya había trascendido a la opinión pública) en la retina.

En consecuencia, cuando se presentó en el lugar de los hechos la patrulla de los Mossos d'Esquadra para atender la denuncia de la víctima y le tomaron declaración, la denunciante se limitó a dar detalles de lo ocurrido y describir la indumentaria del agresor: una camisa de color celeste y un pantalón rojo.

Los Mossos, tampoco…

Los agentes actuantes no le mostraron foto alguna del sospechoso, a pesar de que ella se refirió al agresor como un joven alto, delgado y de rasgos árabes (características compatibles con el conductor de la furgoneta de Las Ramblas).

Fue 8 horas después, cuando los Mossos interceptan en Subirats a Abouyaaqoub, que los investigadores empiezan a relacionar a ese individuo con el asaltante del del parking.

Cuando fue tiroteado por los Mossos, Abouyaaqoub vestía camisa celeste y pantalón de color marrón, que perfectamente se podía confundir con el color rojo. Horas después, los Mossos le mostraron, esta vez si, la foto del terrorista y la mujer le reconoció escandalizada. También a posteriori, los agentes obtuvieron la imágenes del asesino en el aparcamiento del centro comercial.