La lucha contra el tráfico y consumo de drogas en el distrito barcelonés de Ciutat Vella mantiene su pulso. La operación policial conjunta de la Guardia Urbana de Barcelona y los Mossos d’Esquadra el pasado 26 de julio encendió de nuevo la mecha de un problema contra el que los vecinos llevan luchando desde hace un año y medio.
A principios de este verano, protestaban por la presencia de jeringuillas en la calle a plena luz del día, sobre todo en zonas como la isla Robador --comprendida entre la calle d’En Robador y sus alrededores--. La calle Egipcíaques y los jardines Rubió i Lluch, situados junto a la Biblioteca de Cataluña, se convertían entonces en los principales focos donde los toxicómanos se han instalado para consumir heroína.
Denuncia vecinal
La polémica se centra ahora en un mapa que los propios vecinos del Raval han hecho público y han bautizado como la ruta del Raval decadente. Está elaborado por los habitantes del barrio que se organizan en la plataforma Acció Raval y denuncian que muchos de los compradores de droga son turistas.
Uno de los habitantes del barrio ha explicado a Crónica Global que la ruta pretende alertar sobre tres aspectos concretos: los pisos donde se trafica, los puntos donde dejan jeringuillas y la basura en general. “Intenta ser una denuncia para que alguien haga algo”, sostiene.
La ruta del Raval decadente informa sobre los narcopisos en el barrio / CG
Miembros del gobierno
Lo curioso es que, precisamente esa plataforma que pretende lanzar un mensaje de socorro para que las administraciones pertinentes actúen, acoge a miembros de algunos partidos políticos, en concreto de Barcelona en Comú, formación en el gobierno municipal de Ada Colau.
“No sé bien con qué objetivo están ahí, ni por qué han lanzado este mapa”, prosiguen las mismas fuentes. El caso es que se han ceñido a una sola zona y no han ampliado otras como la calle d’En Robador, pese a las llamadas de los vecinos que han insistido en que se incluyese en la ruta del narcotráfico barcelonés.
“Un parche”
Operación policial contra los narcopisos en el barrio del Raval / CME Y GUB
Los habitantes del barrio del Raval creen que las operaciones policiales que se han realizado últimamente contra estos pisos “son un parche, algo precario que no se acerca a la solución definitiva”. En su opinión, como la mayoría de los pisos donde se produce la venta y consumo de droga son de inmobiliarias, no importa si el barrio se degrada. El problema radica, entonces, en los que son propiedad del ayuntamiento. “Si no actúan sobre lo que es suyo, ¿cómo van a actuar sobre lo que no lo es?”.
La oposición al gobierno de los comunes opina lo mismo: Alberto Fernández, líder del grupo popular en el consistorio barcelonés, pidió que Colau abandone su “alergia a la policía, a la ley y al orden” y que, en colaboración con la conselleria de Interior, promueva un plan de choque contundente y continuado para acabar con los narcopisos. “Máxima celeridad y sensibilidad”, exigió.
Fuentes policiales que trabajan a diario en el barrio han explicado a este medio que se habla más actualmente sobre esta problemática “porque los yonquis han ocupado muchos pisos”, pero señalan que nunca se ha dejado de trabajar en ello. “Se tarda meses en investigar y ahora se creen que es por la presión mediática, pero no. Llevamos años trabajando las drogas en el Raval”.