“Los manteros de Barcelona están vendiendo sus mantas”. Esta fue la propuesta de uno de los equipos de creativos publicitarios para un titular que saldría publicado en las portadas de los periódicos el día de la apertura de la tienda de la marca Top Manta. “Ser top es ser guay, ser más o mejor que el resto, pero nunca menos”, exponía otra de los futuros mensajes publicitarios.
La escuela de creativos Brother Barcelona ha lanzado un desafío a sus alumnos: “Les pedimos que desarrollaran la campaña de comunicación de la marca Top Manta. Los dividimos en cuatro equipos y cada uno debía generar una idea, al final del día se escogerá la mejor”, explica Luis García de Oro, profesor de la escuela.
1% inspiración, 99% sudor
Las publicidades gráficas, cuñas de radio, vídeos de Youtube llevan muchas horas de trabajo. “La creatividad aparece cuando se viven experiencias como las de hoy, cuando salimos a la calle a vender como manteros reales”, comenta el director general de Brother, Mauro Suárez, a propósito de una de las actividades que han realizado los alumnos durante la jornada creativa.
En cuanto a la aplicación de estas ideas, García de Oro asegura: “La necesidad es 100% real, y aunque no hay una fecha exacta en la que se pondrá en marcha, el trabajo sirve y mucho, no solo para posicionar la marca sino también para conseguir inversores”.
Una de las creativas de la Brother se pone en la piel del mantero
Un golpe de realidad
Tras una intensa jornada de trabajo en Brother, los creativos se prepararon para exponer sus ideas ante un jurado de expertos que luego elegiría el plan de comunicación que consideraran ganador. Pero finalmente, y por sorpresa, los jurados fueron los mismos protagonistas: los hombres del top manta.
“La idea es que los chicos puedan trabajar con otro tipo de realidad, no siempre van a trabajar para grandes empresas, creo que el desafío era éste, que tengan un golpe de realidad y que el trabajo que hicieran sirviera”, asegura el director de la escuela.
Su propia marca
Aziz y Laminé son los representantes de la cooperativa que pretende sacar a los manteros de las calles. La marca Top Manta --que se presentó en Barcelona el pasado 5 de julio-- “surgió como consecuencia de la persecución policial y de la represión, y con el fin de ayudar a los vendedores ambulantes”. “Decidimos crear nuestra propia marca ya que siempre se nos acusa de delito contra la propiedad industrial, y ahora fabricamos nuestros propios productos junto a una cooperativa”, detalla Aziz.
En cuanto al diseño del logo explican que les ha costado casi un año definirlo, pero finalmente se decidieron. “Es una marca ética colectiva y tiene tres imágenes: la manta que usamos cada día para trabajar, el cayuco que nos trajo aquí, y las olas del mar, que para nosotros representan las dificultades como la ley de extranjería, el racismo, y todo lo que sufrimos”, señala.
Los creativos de Brother exponen sus ideas ante el jurado de manteros
Bambas, camisetas, bolsos
Aziz asegura que desde que se presentaron, han recibido apoyo constante. Considera que el hecho de fabricar sus propios productos, salir de la ilegalidad de las calles y ayudar al resto de compañeros, no puede hacer más que “el bien común”.
En cuanto a la producción, ya tienen bambas y camisetas, y adelantan que pronto saldrán bolsas de tela. “Para eso estamos trabajando con cooperativas que están fabricando nuestros productos y la idea es trabajar también con pequeños comerciantes para activar la economía social”.
El camino a la integración
El anhelo de Aziz y Laminé es tener su propia tienda, aunque van sin prisas. Pero su proyecto va más allá de sus intereses personales: “También queremos hablar con la Administración para que nos den una espacio para los vendedores ambulantes y conseguir más puestos en los mercadillos, para que los chicos puedan vender allí legalmente. También necesitamos más documentos para que todo pueda ser legal”.
Los buenos resultados están a la vista tras siete años de trabajo de los manteros que poco a poco han logrado meterse en el sistema. Explican que desde que se creó el sindicato de vendedores ambulantes han conseguido que unas 30 personas (llegadas en barcos desde África y sin papeles) estén hoy trabajando legalmente.