Un grupo de estudiantes de Barcelona ha diseñado un guante médico para ayudar a los pacientes durante el proceso de rehabilitación posterior a un ictus (un accidente cerebrovascular).
El sistema consiste en un guante en forma de soft-exoesqueleto que actúa como asistente de los pacientes que han sufrido un ictus. A través de un microcontrolador conectado a una app, el médico va indicando los ejercicios que se deben realizar sin necesidad de la supervisión constante de un terapeuta.
Proyecto universitario
Esta innovación tecnológica es el resultado de los trabajos de final de grado desarrollado de forma conjunta por los alumnos de la Escuela Universitaria Salesiana de Sarrià (EUSS) Pilar Gabandé, Carolina Delgado y Toni Fuster, y por los alumnos de Ingeniería Biomédica de la UB Xavier García y Eudald Mas.
Para poder desarrollar esta solución de forma efectiva, la ingeniería ha jugado un papel decisivo. Para su diseño, se han elaborado una serie de estudios y pruebas para obtener una solución innovadora y práctica dentro del ámbito de la rehabilitación robótica.
El guante robótico diseñado para rehabilitar el ictus desde una App
Rehabilitar desde casa
Un sensor experimental en forma de mano humana permite medir la presión y el ángulo de flexión que se realiza con los dedos dentro del guante. Esta es una de las principales novedades que presenta este proyecto universitario.
Gracias a este guante, los pacientes no tendrán que desplazarse de forma constante a un centro médico para realizar la fase de rehabilitación y, únicamente, deberán acudir en caso de que sea estrictamente necesario. Una sensación de autonomía que ayuda a los pacientes en su recuperación, a la vez que elimina la sensación de estrés que les puede producir el hecho de depender de un cuidador o terapeuta.
Terapia tradicional de rehabilitación del ictus
Cómo funciona
El ingeniero Toni Fuster, participante del proyecto, explica que el guante está hecho con un sistema neumático y que los materiales son de uso común y económico: “Diseñamos un sensor experimental con un material que se usa desde 2014 que se llama velostat y que permite medir la flexión. Además, utilizamos cartuchos de CO2 --como los de las ruedas de las bicicletas-- para que se pudieran mover los dedos”.
En cuanto a las ventajas, el ingeniero asegura que la utilización del sistema neumático más la silicona hacen que el dispositivo “no sea aparatoso”, tenga movimientos “más humanoides” y sea de menor coste.
Con relación al ruido que puede provocar el uso del guante (por ser neumático), Fuster comenta que en un principio les preocupaba, pero luego se ha comprobado que esos ruidos sirven a los pacientes a asociarlos con determinados movimientos, lo que también beneficia a la rehabilitación. Fuster asegura que aún queda mucho trabajo para que el guante pueda ser utilizado por pacientes, aunque el paso más importante ya se ha dado.