El ciberacoso en España se ha mantido en tasas estables de entre el 10% y el 15% durante los últimos 10 años. Estos datos están recogidos del estudio Ciberacoso. Aproximación a un estudio comparado: Latinoamérica y España, elaborado por Albert Clemente, profesor de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).
El experto de la institución académica valenciana explica que, con carácter general, se entiende la prevalencia como el conjunto de individuos involucrados en el fenómeno del acoso o ciberacoso. Esto es, tanto víctimas, autores, como espectadores. Destaca que "el ciberacoso no ha dejado de crecer y se ha convertido en una problemática presente en todas las culturas y regiones del mundo, tanto en su modalidad tradicional como online".
Alto riesgo
Según el documento, existe mayor involucración de los chicos en conductas de ciberperpetración y una ambivalencia en la variable de género en cibervictimización. Respecto a la edad, hay una mayor incidencia entre los 13 y los 15 años en el acoso tradicional. La mayor tasa de incidencia en el ciberacoso se alcanza entre los 11 y los 14 años.
Clemente advierte: "El acoso escolar acarrea dramáticas consecuencias, especialmente para las víctimas, pero también para los agresores y espectadores”. Y agrega: “El ciberacoso, considerado un nuevo tipo de acoso de tipo indirecto, no es una excepción, ya que los efectos son más graves y duraderos que en el acoso, y tienen un mayor riesgo en ideación y tentativa suicida que en el acoso tradicional”.
Roles y cifras
El informe de la VIU incluye diversos estudios sobre la incidencia o número total de personas que son agresoras, víctimas o espectadoras, es decir, ciberperpetradores, cibervíctimas y ciberespectadores. Según el estudio, el 6,9% de los adolescentes españoles ha sufrido ciberacoso, y la mitad de ellos también ha recibido acoso tradicional de manera frecuente.
En comparación con el primer estudio de ciberacoso que se hizo en España a nivel estatal, las cifras se han mantenido estables. Si se observan solo las cifras de cibervictimización más grave o recurrente, los numeros son levemente mayores. De 0,4% en 2006 se pasó al 1% de 2016. Respecto al género, sí que se aprecia una diferencia significativa, donde las chicas son más victimizadas (8,5%) que los chicos (5,3%).
Conclusiones
El profesor explica en su informe que en los últimos años, producto de la alarma social generada, se han construido una serie de mitos alrededor del ciberacoso. “Se ha motivado una creencia errónea generalizada que postula que un enfoque tecnológico y de seguridad, es decir, una mayor formación y un mayor control sobre el uso de las tecnologías, redundará en una disminución del riesgo de los jóvenes".
Sobre las particularidades de este tipo de acoso, Clemente concluye: "Es cierto que el ciberacoso tiene una serie de especialidades, como el hecho de ocurrir sobre todo fuera del horario escolar, pero la investigación revela que adaptar los hallazgos sobre ciberacoso a los programas exitosos en prevención de acoso escolar, se revela como una estrategia recomendable a las políticas de corte punitivo y de tolerancia cero".