Como todo lo que sale por el receptor de televisión es la verdad concreta e irrefutable, al Rey Chatarrero se le juzga en los tribunales de excepción de las redes porque la productora de A cara de perro sirvió gato vivo por liebre muerta en una ficcionada operación rescate de un "peludo" (perro en la jerga animalista) que tenía las pezuñas gangrenadas. Esto es que el perro verdadero murió y fue suplantado por otro con pinta de estar muy perjudicado, pero coleando.
Para los amigos de las mascotas, el Rey Chatarrero, célebre boxeador, ya es historia. Le han puesto la cruz a Javier Roche, que así se llama el paladín de los cuadrúpedos. La productora, Fremantle Media España, interpreta el fake como un caso involuntario de fallo en el sistema. O sea que se explica en su cuenta de Twitter así: "Dos casos del programa se han unido narrativamente de manera incorrecta y estamos trabajando en la reedición del material para su redifusión".
La crisis reputacional es tremenda y se expresa de manera rotunda en la propuesta de un tuitero que sugiere cambiar el nombre de A cara de perro por el de "Cara dura" en el hilo que sigue a la "rectificación" de la productora. En cuanto la redifusión de las sobras, eso no es cocina de aprovechamiento sino servir comida en mal estado del cubo de la basura.
Los cambiazos no cuelan, lo que prueba la importancia del script o continuista, la persona encargada de que la señora María de Hermano mayor lleve la misma bata en las diferentes tomas de la secuencia en que su nieto tira el plato de garbanzos contra la pared o la emprende a empellones con la anciana.
Emociones fuertes en TV3. Se acabó el Fora de Sèrie con Toni Soler y Pau Gasol. El primero entrevistaba al segundo. El humorista del régimen pasa por ser un gran experto en baloncesto y presentó al jugador como un tremendo melómano, gran aficionado a la ópera y merodeador de museos, un caso casi único en el mundo del deporte mundial.
No faltó el Tema porque según una cláusula del juramento sagrado de los periodistas cívicos, pacíficos y festivos no puede faltar en ninguna entrevista la pregunta de si el fulano es o no partidario de votar. Es así y vale lo mismo para los deportistas de aquí que para un virtuoso lituano del violín.
Otro desperdicio de programa. Gasol dudó de que fuera a ser muy operativo lo del referéndum, pero que, claro, votar lo que es votar se tiene que votar porque hay que ejercer el derecho, ¿no? Como para decirle al comisario del Tricentenario y en TV3 que no le toque la pera que viene el Mundial y se tiene que poner la camiseta de la selección que hay y que no hay otra. Con la de temas que hay. Por ejemplo, ni una pregunta sobre sus negocios hosteleros con Rafa Nadal y Enrique Iglesias. Sí, ese, el pedazo de cantante, uno de los hijos de Julio Iglesias, es socio del tenista y el baloncestista musicómano y tienen tres restaurantes que son lo más en Miami, Madrid e Ibiza. Marca España total.
A Soler no le acabó de satisfacer la respuesta de Gasol sobre el referéndum. Se quedó con ganas de más. "Estuvo un poco anguila", comentó en el remate del programa. Son insaciables.
El miércoles se estrena en la cadena autonómica Estranyes parelles, un First Dates de famosos. La primera entrega va de Pilar Rahola y Nacho Vidal que se supone que acuden a una comida a ciegas para hablar de todo, o sea que saldrá el proceso. El verano en televisión es la temporada del producto descongelado.