Francia ha tomado una decisión radical en la nueva tendencia de no vacunar a los más pequeños por la presunta creencia que las vincula al autismo, una cuestión que no ha sido probada. El primer ministro galo, Édouard Philippe, ha anunciado que hará obligatorias las 11 vacunas universalmente recomendadas por las autoridades sanitarias.
La medida entrará en vigor en 2018. Afirma que es la mejor respuesta ante los brotes de enfermedades que estaban erradicadas o casi habían desaparecido en Europa, como el sarampión. Dolencias que se podrían evitar con la vacuna y que tienen consecuencias graves para los niños. En algunos casos, con desenlaces fatales.
Lucha de la OMS
Philippe calificó de “inaceptable” este tipo de sucesos, tal y como recoge la prensa del país. Una reciente encuesta señala como tres de cada 10 personas no confían en el poder de las vacunas en Francia y que sólo el 52% de los participantes creían que los beneficios superaban los riesgos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) intenta luchar contra esta tendencia. Ha recordado que las vacunas salvaron más de 10 millones de vidas entre 2010 y 2015 y que han propiciado la desaparición de enfermedades como la polio.
Regulaciones en el mundo
Francia no es el único país que ataja este debate con una regulación. Italia ha hecho 12 vacunas obligatorias para los niños mientras que Australia ha introducido un incentivo financiero para que los padres completen la cartilla de vacunación de los pequeños.
El país más restrictivo en políticas de vacunación es Eslovenia con multas para los padres. En España, el debate está vivo sin que haya tomado la vía normativa.