Son tantos, casi dos millones, como los musulmanes y 40 veces más que los judíos, pero los protestantes o evangélicos resultan invisibles para los poderes públicos y la sociedad.
La Federación de Entidades Evangélicas de España (Ferede) aprovechará la celebración del 500 aniversario de la reforma luterana para luchar contra el ninguneo. El próximo 15 de julio se echarán a las calles del centro de Madrid, donde esperan reunir a más de 50.000 fieles de toda España.
Para la concentración, en su Fiesta de la Esperanza, habían solicitado como escenario la mismísima plaza de Cibeles y su entorno, tan concurrido esta semana por el World Pride. Pero han tenido que conformarse con la plaza de Neptuno, este año sin visitas del Atlético de Madrid, “con menos problemas de tráfico y más apropiada para este evento”, según la corporación municipal que preside Manuela Carmena.
La concentración irá precedida de la celebración durante tres días del VIII Congreso Evangélico en el WiZink Center (antiguo Palacio de los Deportes). Será el broche final a un convite al que han sido convocados más de 10.000 pastores y líderes.
Confesión relegada
“Lo primordial es que se nos tenga en cuenta como una parte integral del pueblo español”, subraya Pedro Tarquis, uno de los dirigentes de Ferede, que cuenta con 4.000 congregaciones. La organización considera que los protestantes carecen de la presencia y presión de la Iglesia católica y ni siquiera tienen el peso de los judíos. Defiende que las instituciones oficiales y los partidos políticos deberían escuchar su opinión sobre temas de justicia social, inmigración, aborto o maternidad subrogada. “Pero seguimos relegados y excluidos de todos los foros”, denuncia Tarquis.
Los protestantes apuntan a modo de ejemplo la ausencia de ayudas, como ha tenido el Wold Pride, para celebrar el 500 aniversario, y la negativa del Ejecutivo de Rajoy a concederles un sello conmemorativo del evento. Mientras, por ejemplo, se han otorgado ya cinco al Camino de Santiago.
Pedro Tarquis, uno de los dirigentes de Ferede
También le han pedido al Gobierno que otorgue carácter de efeméride o festividad, “aunque sea laborable”, al 31 de octubre. En esa fecha se conmemora el momento en que Lutero plantó sus famosas tesis en la iglesia de Wittemberg (Alemania). Pero no ha habido respuesta por parte del ministro de Justicia, Rafael Catalá, según el coordinador de la comisión organizadora, Juan Carlos Escobar.
Invasión silenciosa
La invasión del credo protestante en España ha sido silenciosa pero espectacular en Madrid, Barcelona, Valencia y el litoral mediterráneo o Canarias con fuerte población turística extranjera de larga duración. Ha sido determinante la inmigración procedente de los países latinoamericanos.
El último informe del Observatorio del Pluralismo Religioso en España constata que los evangélicos ya tienen casi 4.000 lugares de culto (incluidos templos adventistas y anglicanos), el doble que hace diez años. Sólo en el último año este organismo del Ministerio de Justicia ha registrado 141 lugares de culto nuevos, es decir, unos 12 locales por mes.
Las iglesias protestantes calculan que un 40% de sus miembros en España son inmigrantes o residentes extranjeros, “gente trabajadora, pero también universitarios, que pagan sus impuestos”.
Provienen en su mayoría de Centroamérica (Honduras, Nicaragua, El Salvador, Guatemala), donde más de casi ya la mitad de la población practica esta fe. Un credo que va en aumento en detrimento del catolicismo. Uno de cada cinco latinoamericanos ya es protestante, según un reciente estudio en 18 países del Instituto Pew Research.
Casilla de Hacienda discutida
La Ferede lleva años reivindicando una casilla en la declaración de la renta, similar a la de la Iglesia católica, para que los contribuyentes que lo deseen le destinen el 0,7% de su IRPF. El Tribunal Supremo lo rechazó hace unos meses y el ministro Catalá se ha comprometido a estudiar el asunto sin prisas ni plazos.
Pero, según un reciente sondeo, apenas el 30% de los feligreses apoya esta demanda. El resto es partidario de la autofinanciación y considera suficiente que las donaciones y donativos se computen con el mismo tratamiento fiscal que se da a las fundaciones o asociaciones sin ánimo de lucro. “La religión es un bien social, nunca un negocio”, asegura José Luis Rivas, que se autodefine como protestante de a pie.
Lutero sigue excomulgado
La sentencia parece sacada de la doctrina de Martín Lutero, calificado por Roma como “el peor de los herejes”. El pontífice actual, Francisco, se ha esforzado por mostrar una nueva visión y cierto reconocimiento, pero el padre de la reforma que dio lugar al segundo gran cisma de la cristiandad, tras la separación en 1054 de católicos y ortodoxos, sigue excomulgado. Porque la excomunión solo puede levantarse en vida, “pero tampoco hay interés en rehabilitarlo”, denuncian sus seguidores.
Los protestantes españoles aseguran que Lutero está recibiendo mejor trato por parte del Papa que de la jerarquía católica española. Y de las distintas instituciones. Recuerdan, a modo de ejemplo, que ha habido actos de reparación por la expulsión de los judíos y que el PSOE pidió perdón en 2009 por la expulsión de los musulmanes. “También fuimos expulsados, sufrimos la Inquisición y el franquismo, pero nadie reconoce que se cometió una anomalía histórica grave con nosotros ni dice nada”, lamenta Tarquis.