“No me gusta saber nada de la gente, a no ser que me contrate un cliente. En este libro voy a hacer una excepción: el cliente soy yo”.
Así empieza Francisco Marco, el director de la agencia de detectives Método 3, su último libro: Operación Cataluña, la verdad oculta (Editorial Urano).
Marco niega que este trabajo literario sea una vendetta contra aquellos que urdieron su detención (vinculada con el llamado caso de La Camarga) “a pesar de que aquellos fueron momentos muy difíciles, terriblemente injustos en los que gente despiadada” intentó hundirle: “No lo consiguieron porque me amparaba la verdad. No es una vendetta, es poner negro sobre blanco lo que esta brigada política nos ha hecho a todos los catalanes”.
Títere sin cabeza
Marco repasa en este libro los principales episodios atribuidos a la llamada operación Cataluña y se detiene, por ejemplo, en el llamado caso del Pen Drive, que forma parte de la investigación abierta en el llamado caso Pujol: “Lo del pen drive demuestra que esa brigada política utilizó a la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal) para blanquear pruebas”. Nadie en la Comisaría General de la Policía Judicial le ha sabido o querido explicar al juez José de la Mata el origen de ese lápiz de memoria con datos sobre los Pujol.
En este sentido, y tal y como se describe en el libro, Marco ha aportado documentación al juez De la Mata en la que sitúa a dos exempleados suyos como colaboradores de esos “policías políticos” que dependían de la Dirección Adjunta Operativa.
La policía y BPA
El detective, cuya agencia vuelve a funcionar a pleno rendimiento, se detiene especialmente en el caso BPA intervenido por el Gobierno andorrano por su presunta vinculación con una red internacional de blanqueo de capitales. Marco sostiene que “la brigada política acabó con el banco”, y, añade: “Estos policías crearon la causa Emperador, de la mano de [Rafael] Pallardó, para cargarse BPA”.
Marco sentencia en su libro: “Yo soy un producto de la operación Cataluña”.