El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, han pedido perdón a las víctimas del atentado de Hipercor en el 30 aniversario de la “barbarie” perpetrada por ETA por la falta de apoyo de las instituciones.
Puigdemont, quien ha recibido silbidos de algunos de los asistentes --por la mañana equiparó el procés con la lucha contra el terrorismo--, ha reconocido que las instituciones “a veces” no han “estado a la altura”. Y no en el ámbito de la reparación dineraria, sino en el del reconocimiento a las víctimas.
Amenaza global
“Os debemos un abrazo perenne, que no caduque, bien fuerte, y que nunca tengamos que sufrir un crimen tan espantoso como el de hace 30 años”, ha declarado Puigdemont, tras las palabras del presidente de la asociación de víctimas, José Vargas, quien ha lamentado la falta de compañía de las instituciones. Vargas ha tomado la palabra para acallar los silbidos de quienes trataban de boicotear la intervención de Puigdemont.
El presidente catalán ha recordado que hoy la amenaza terrorista sigue en todo el mundo --“un atentado en Londres, Berlín, París, Bruselas lo sentimos como propio”--, que requiere de líderes políticos a la altura y que hay que unir esfuerzos y compartir información para prevenir los ataques.
Representación institucional
Además de Puigdemont y Colau, han asistido los ministros del Interior, Juan Ignacio Zoido, y Sanidad, Dolors Montserrat; los consejeros de Interior, Jordi Jané, y Justicia, Carles Mundó; el lehendakari, Íñigo Urkullu, y representantes de la mayoría de grupos parlamentarios, aunque no se ha visto a nadie de la CUP.