La piperacilina tazobactam es uno de los antibióticos más usados en los hospitales. Es un todoterreno, que se suele dispensar a los pacientes con infecciones antes de ser diagnosticadas. Pero los centros sanitarios de alrededor del mundo tendrán que prescindir de él al menos durante dos o tres meses y buscar alternativas para sustituirlo.
El desabastecimiento es en el ámbito mundial, aunque el motivo concreto por el que dejarán de producirlo durante un tiempo no es de dominio público. “Nosotros nos enteramos porque nuestras farmacéuticas proveedoras nos han ido avisando”, explica el doctor Alex Soriano, jefe del servicio de enfermedades infecciosas del Hospital Clínic de Barcelona.
Dos o tres meses de alternativas
La hipótesis que barajan las fuentes sanitarias consultadas es la falta de una determinada materia prima, por lo que se ha parado la producción. Sin embargo, no es permanente. La falta de reservas durará entre dos y tres meses, según la información que proporcionan las empresas al Hospital Clínic.
“Ha ocurrido con otros medicamentos antes, y en algunos casos la espera ha sido más larga y, en otros, en dos semanas hemos vuelto a tenerlo disponible”, indica el doctor Soriano. El antibiótico piperacilina tazobactam actúa sobre bacterias diversas, aunque no se comercializa.
No existe un fármaco concreto para sustituirlo. El facultativo asegura que “hay alternativas, mezclando dos fármacos o mediante otras fórmulas; en el equipo de infecciosas asesoraremos internamente a los demás departamentos”. Hay que ir con cuidado para no alimentar los casos de resistencia antibiótica.
“Casos estrictamente necesarios”
“Se usa sobre todo cuando una infección todavía sin diagnosticar causa fiebre al paciente”, según el facultativo. Más adelante, cuando se identifica la bacteria, se suele usar otro fármaco más específico. En el Hospital Clínic, ya han comunicado a sus médicos el problema. Fue el martes, cuando les dieron instrucciones de usar el fármaco solo en los “casos estrictamente necesarios”.
Cada hospital tiene un cálculo del tiempo que tardarán en agotar las existencias al ritmo actual, aunque esperan que el periodo sea mayor porque los casos en los que se use se reducirán. Algunos centros estiman que en un par de semanas ya no les quedarán existencias.