Los barceloneses seguirán utilizando el vehículo propio. Un 87% de los usuarios del coche privado lo seguirá conduciendo en los próximos diez años. Así lo manifiesta el informe Els ciutadans i la mobilitat a Barcelona, que han elebaorado el RACC y Creafutur, en colaboración con otras entidades públicas y privadas.
El estudio analiza los hábitos actuales en cuestiones de movilidad y la evolución de los comportamientos de los ciudadanos en el futuro. La capital catalana es la urbe europea con mayor volumen de coches en la calzada por número de habitantes.
Uso del trasnporte público
A pesar de estas cifras, el uso del transporte público será la solución a la ratonera de Barcelona en la próxima década. Un 64% de la población considera este método como el principal remedio a la congestión de la ciudad. Los barceloneses aprueban tener una parada cerca de sus casas, así como la mejora de la red en los próximos años.
El informe también muestra el avance de otros servicios de transporte en la ciudad. El carsharing y los aparcamientos disuasorios, que permiten dejar el coche para desplazarse en transporte público, son las opciones que más demandan los vecinos del área metropolitana.
La ayuda de las empresas privadas al fomento del transporte público entre sus empleados también destaca en las encuestas. Un 67% de los trabajadores no percibe ninguna ayuda para el transporte entre su domicilio y el trabajo. "Tienen un rol importante en la descongestión de la ciudad y en la construcción de un modelo más sostenible".
Una ciudad saturada
Con los datos sobre la mesa, el presidente del RACC, Joan Mateu, avisa de que se trata de retos futuros que mejorarán el tráfico sostenible de una ciudad “muy densa, con mucha población y con alta fragmentación de opiniones entre la ciudadanía”.
Por su parte, el director general de Promoción Económica, Albert Castellanos, pone el acento en la movilidad como "un sector estratégico en Cataluña que repercute directamente en la economía y en la competitividad de la comunidad autónoma”.