La Sexta ha roto el audímetro del domingo con La noche de los cuchillos largos en el PSOE. Magnífico espectáculo servido en riguroso directo por Antonio García Ferreras y sus reporteras Ana Pastor y Cristina Pardo. Por tenebrosas razones que no vienen al caso, la política en televisión es monopolio de La Sexta, el canal Wyoming de la Antena 3 de Matías Prats.
Hasta por motivos de rentabilidad económica debería TVE disponer de un dispositivo informativo a la altura de tales acontecimientos. Cabría incluso que en virtud de sus atributos de servicio público acometiera el empeño con el máximo rigor profesional, amplitud de miras, proporcionalidad, equidistancia y objetividad. Sin embargo, la televisión pública en España es un complicado fenómeno autónomo con una influencia bastante relativa en la difusión de contenidos políticos. Afortunadamente, su existencia es absolutamente ajena a la voluntad de los gobiernos de turno, que topan con la realidad inalterable del ente y sus dinámicas internas.
Así es que mientras en La Sexta emitían el asesinato en el comité federal, en La 1 estaba Joan Roca practicando la autopsia de una alcachofa, momentazo Masterchef que alumbró una ración de rosa de pétalos de corazón de alcacil (la alcachofa) sobre puré de su esencia en una base de emulsión de pipas de girasol con reducción de zumo de naranja.
Casi cuatro millones de espectadores se lo perdieron por el especial de Al rojo vivo (que ya es eso), que alcanzó el 15,3% de cuota de pantalla, tres décimas por delante de la pornografía culinaria. A cada uno lo suyo y García Ferreras, sin la presión de las grabaciones de un expediente Lezo, estuvo suelto y relajado. Los comentaristas, todos exquisitos. Y el tema, de carril. La Sexta es la referencia en la izquierda y lo de Sánchez estaba descontado.
El toque guiño vino cuando nuestro presentador se puso una camisa blanca para celebrar La Liga del Real Madrid y la victoria de Sánchez, el resucitado de la blanca camisa. ¿Y entonces, de qué imparcialidad, objetividad, información y análisis estamos hablando? Cambiarse de camisa en directo. ¿Qué será lo próximo? Es verdad que La Sexta es una cadena privada, a diferencia de TV3, que es como la primera cadena del Canal Barça, pero si el conductor de un programa político se pega el moco forofo estamos a un paso de que El Loco Gatti opine a su manera del proceso en El Chiringuito, una confusión de géneros total, el caos, la pura propaganda. Todo es Supervivientes.
Por cierto, el formato de García Ferreras es el mismo que el de Tiempo de Juego de la Cope con él en el papel de Manolo Lama, Paco González y Pepe Domingo Castaño, un tres por uno con minuto y resultado de la dimisión de Antonio Hernando y la celeridad de Fernández Vara en felicitar al ganador, el primer barón en cambiar de bando. Sólo falta meter el tema de las apuestas, una casa de juegos para primarias, elecciones, ceses y nombramientos.