Un bebé ha muerto debido a la estricta dieta que le impusieron sus padres. Los padres regentaban una tienda de alimentos en la ciudad de Beveran (Bélgica) e insistieron en poner a su hijo Lucas en una dieta alternativa, que incluía leche de quinoa, pese a que los médicos la describieran como inadecuada.

Este régimen le llevó a pesar menos de la mitad para lo que se esperaba a su edad. Lucas solo pesaba 9,47 libras (unos 4 quilos).

La autopsia ha demostrado que su estómago estaba totalmente vacío. A pesar de que el bebé jadeaba en los días anteriores a su muerte, los padres nunca recurrieron a los médicos.  

En el juicio contra los padres los fiscales han culpado a la pareja por dar a su bebé el alimento equivocado. "Los padres determinaron su propio diagnóstico de que su hijo era intolerante al gluten y tenía una alergia a la lactosa", ha afirmado el fiscal.