El motosharing ha revolucionado el mercado de la movilidad en las grandes ciudades. Las nuevas tendencias y los hábitos sociales han cambiado y cada vez son más los que se apuntan a la última moda para moverse de una forma rápida y eficaz por los grandes núcleos urbanos.
Tener un vehículo de propiedad mantiene su hegemonía como la praxis más habitual, principalmente por su comodidad y disponibilidad inmediata, pero muchas personas no pueden costearse los gastos que conlleva un vehículo propio los 365 días del año. La otra opción más utilizada es el transporte público. Los Ayuntamientos quieren reducir los altos índices de contaminación en las grandes ciudades y disminuir los atascos, pero en algunas ciudades, a veces, la efectividad y eficiencia del transporte público queda en entredicho y muchos usuarios no encuentran la ruta adecuada para sus desplazamientos.
¿Por qué nace el 'motosharing'?
Esta nueva tendencia surge de la necesidad de una movilidad rápida y efectiva a bajo coste. Los usuarios necesitan llegar a diferentes zonas de las ciudades en un tiempo reducido y en la mayoría de ocasiones, el coche aumenta el tiempo del trayecto por atascos.
Del mismo modo, ocurre con el transporte público con trayectos demasiado rocambolescos o tiempos de espera demasiado elevados. La única alternativa restante son los taxis, pero mientras ese colectivo promueve su uso, su coste es cada vez más elevado y pierde clientes.
Con este panorama y a un precio muy competitivo, nace la nueva cultura del sharing.
La guerra por los usuarios
Esta nueva tendencia ha irrumpido con fuerza en el mercado y las motos se presentan como el método de transporte más rápido para desplazarse. La propuesta es sencilla: el uso esporádico de un vehículo privado a un precio muy competitivo.
La primera en salir al mercado fue Motit. Crearon esta nueva moda, pero sus motos lilas y esqueléticas no tuvieron gran aceptación entre los conductores. Ante ese primer fracaso, resurgió dos años después con la misma idea, pero con mejoras sustanciales en el diseño de las motos y la aplicación móvil. Desde hace dos años ofrecen motocicletas en capitales europeas como Barcelona, Milán o París. En Barcelona cuentan con 100 motocicletas, blancas y con un diseño muy innovador y ligero.
Motit, remodeló su idea, eCooltra, actualmente la empresa líder del sector, ya se había hecho eco del primer fracaso y supo aprovecharse muy bien de las carencias de Motit. eCooltra es la referencia actual en el motosharing, tanto en Barcelona como en Madrid. En la capital catalana tienen más de 360 scooters para el recorrido urbano. La empresa cuenta con la flota de vehículos más extensa en capitales europeas como Barcelona, Lisboa, Roma o Madrid.
Este duelo de dos tuvo su fin con la llegada al mercado de Yugo. Esta es la nueva apuesta de tres ingenieros franceses para ampliar la oferta a una demanda creciente. Sus modelos de motos han cautivado a los usuarios, con un modelo mucho más urbano y cómodo, además de atractivo. Yugo cuenta con 60 vehículos y ofrece una ‘vespa’ verde en Barcelona, Madrid, Valencia, Zaragoza y Sevilla.
¿Cómo funciona?
Estas tres compañías funcionan de la misma manera y presentan un alto nivel de competitividad entre ellas. Los usuarios de motosharing deben descargarse en el teléfono móvil la App, insertar sus datos y una tarjeta bancaria y el perfil quedará registrado.
Se deben tener los permisos de conducción en vigor y todo se gestiona y comprueba a través del móvil.
Una vez registrado, el conductor ya está listo para empezar su experiencia sharing. En la aplicación se muestra un mapa con la localización del cliente y las motos cercanas que están disponibles. El cliente reserva esa moto a través del móvil y ya es suya hasta que finalice su trayecto. Los usuarios pueden descargarse una de las aplicación o las tres y utilizar aquella que más les convenga, según dónde se encuentren las motocicletas disponibles más cercanas o el precio que quieran pagar.
¿Oligopolio competente?
Todas ellas usan el mismo modus operandi en sus aplicaciones móviles. Todas las motos son eléctricas y el método de pago es tarifado por minuto. Entonces, ¿en qué se diferencian?
A parte del estilo de cada motocicleta, las diferencias más llamativas son estrictamente económicas. eCooltra es líder del mercado por la cantidad de motos disponibles que ofrece y, por tanto, su precio es algo mayor que el de sus competidores, 0,24€/min. Yugo y Motit ofrecen precios más asequibles a, 0’19€/min y 0,18€/min.
La diferencia económica no se sugiere muy apreciable, pero según los usuarios sí lo es. Un trayecto de 15 minutos puede variar en tan solo 75 céntimos, pero para usuarios que usan frecuentemente este transporte, mirar por cada céntimo puede reducir su factura a final de mes.
Además, Yugio y Motit cuentan con packs por minutos, en los que el ahorro puede llegar a ser del 40%, mientras que eCooltra se mantiene alejada de estas ofertas y basa su estrategia en una gran oferta para acaparar más usuarios.
Por lo que se refiere a pasajeros, Yugo y eCooltra permiten llevar a dos pasajeros y las motos están equipadas con dos cascos. Por su parte, Motit y su estilismo más robusto solo permite un pasajero.
En definitiva, una nueva tendencia que ha tenido una gran aceptación en las grandes ciudades y que se consagra poco a poco como la nueva alternativa al transporte público y privado.