El abogado David Carrau, antiguo defensor del comisionista Rafael Pallardó, contactó con los letrados de diversos empleados de BPA (Banca Privada d'Andorra) a quienes conminó a pronunciarse ante la fiscalía sobre la identidad que se escondía bajo las siglas JP y el nombre Marta, que aparecieron en la agenda incautada a su cliente cuando fue detenido por su implicación en la Operación Emperador.
Extraña maniobra procesal
En unos contactos que se produjeron en 2014, el letrado, según ha podido confirmar este medio, llegó a decir a los abogados de algunos de esos cuadros de BPA imputados en la Operación Emperador que tenían que declarar sobre esas iniciales y ese nombre ante la fiscalía, y que él les diría, cinco minutos antes, qué tenían que decir”. Añadió: “Eso nos conviene a todos”.
En el marco de esa conversación, Carrau mostró el más absoluto secretismo sobre cuáles serían aquellas concretas indicaciones, pero trascurridos tres años desde ese momento, aquellos imputados sospechan que lo que pretendía el letrado es que identificasen a JP como Jordi Pujol y a Marta, como Marta Ferrusola.
Pallardó, colaboracionista
Los abogados de esos investigados se negaron a participar en esa especie de conspiración incriminatoria con la que Pallardó pretendía obtener algún tipo de rédito procesal ya que acababa de salir de la cárcel donde había cumplido casi un año de prisión preventiva y estaba siendo investigado por pertenencia a organización criminal y blanqueo internacional de capitales.
La fiscalía, embaucada por el intermediario de Gao Ping, creyó, durante meses, que, efectivamente, Pallardó tenía informaciones sensibles sobre Jordi Pujol y Marta Ferrusola. Sin embargo, con el paso de la indagaciones se ha sabido que la iniciales JP que aparecían en aquella delatadora agenda del blanqueador Pallardó correspondían a Joan Pau Miquel y el nombre de Marta, a Marta Pes, la secretaria de una empresa que tenía tratos comerciales BPA.