Dos gobiernos municipales distintos y dos libros diferentes sobre una misma temática: los pasajes de la ciudad de Barcelona. El equipo de la alcaldesa, Ada Colau, tuvo la misma idea que el del exalcalde convergente Xavier Trias cuando encargó a un autor elaborar un ensayo sobre estos rincones, algunos de ellos desconocidos por la mayoría de barceloneses.
El problema radica, según parece, en la polémica que ha generado este último libro, sospechoso de ser un plagio del anterior. Neus Bergua es la autora de la guía Barcelona, 100 pasajes, publicada en 2015, y denuncia que Jorge Carrión, autor de Barcelona, libro de los pasajes (2017) se basa “descaradamente” en su publicación.
Mismas definiciones
Argumenta haber facilitado todas las localizaciones a Carrión: “Reconoce que nunca antes había estado en Torre Baró para conocer el pasaje Carreras; su vuelta por los pasajes de la Clota o la Satalia; los pasajes escondidos dentro de porterías, en terrazas de bar o en entradas de garajes”, explica a Crónica Global.
Tiene todo el libro de Carrión subrayado y, al lado, anotada la página que corresponde a su guía: “Sus definiciones y referencias acerca de los pasajes se encuentran también en mi introducción”.
Bergua fue a la presentación del libro de Carrión y allí mismo le preguntó cómo sabía que Barcelona tiene 400 pasajes. “No supo contestar, reconoció públicamente que mi guía le fue de gran utilidad”, añade.
Ayuntamiento ausente
Critica la actitud del Gobierno municipal, en concreto del Consejo de Ediciones y Publicaciones, por editar, en un periodo de tiempo tan corto, dos libros sobre la misma temática, publicitar solo uno y no reconocer la autoría del otro.
En la página web de las publicaciones de Ayuntamiento de Barcelona, describían la obra de 2017 como una iniciativa del único autor que ha viajado por los 400 pasajes de la ciudad “con el fin de acceder a una dimensión de Barcelona de una forma que nunca antes había sido explorada”. Una definición que el consistorio retiró tras las reclamaciones de Bergua.
El Consejo de Ediciones y Publicaciones tenía que reunirse el pasado 3 de mayo para tratar el asunto. El mismo día, Bergua recibió un correo electrónico de no más de una línea en el que se le informaba de que la reunión quedaba aplazada al día 23 por razones de agenda del alcalde en funciones, a su vez presidente del Consejo.
“Quiero que el daño moral, aunque ya está hecho, se compense de alguna manera”, sentencia la autora.