Ojalá tenga razón la madre de Norman Bates y los protagonistas de la actualidad rosa no sean personas humanas sino actores que interpretan un guión que supera en giros dramáticos al paradigma del género, el culebrón por antonomasia Los ricos también lloran, cuya semilla original fue una radionovela tipo Ama Rosa.
Las últimas noticias sobre la víscera cardiaca vienen en la crónica de sucesos y refieren que José Fernando Ortega Mohedano, hijo de Ortega Cano y Rocío Jurado, le ha arreado dos guantazos a un policía municipal de San Sebastián de los Reyes. Situación de manual. Fiesta nocturna en piso privado, vecino mosqueado, llamada a las fuerzas del orden, bronca en el rellano y calabozo para el áspero muchacho.
Como en Hombre rico, hombre pobre, José Fernando es la cruz, bala perdida y navy seal del amanecer cuyas hazañas son el pasto de todas las peluquerías. En cambio, su hermana Gloria Camila surfea con otra gracia la cresta de la fama en Supervivientes, la isla de los zombies de Telecinco en la que el barbero Juan Miguel, quien fuera novio de Karina, se come la pantalla y al novio de María Teresa, el señor Bigote Arrocet.
Mientras Gloria Camila factura rajando sobre su hermana Rociíto y dando brincos en la isla de los suplicios, José Fernando sólo habla en presencia de su abogado. La vida le ha asignado el papel de perdedor, un chico oscuro del que iaies y mamarrachas claman "¡qué desperdicio de criatura!". Un drama, vidas ajenas sin sacar la cabeza del secador.
Paula Echevarría y David Bustamante continúan en la brecha. Las masas lectoras consumen con avidez las peripecias sentimentales de la expareja modélica. El solaz consiste en constatar que la fama, igual que en Fama, tiene un precio y han empezado a pagarlo.
Jesús Mariñas pasa al matrimonio por la picadora y especula sobre las aficiones del crooner de San Vicente de la Barquera. Escribe el punzante cronista en La Razón: "El detonante del sorpresivo ‘ahí te quedas’ surgió a finales de marzo tras una noche de tronío y despendole con una ruidosa panda que él no quiere dejar. Es una lealtad entendible si no estuviera marcada por lo reprobable, en ocasiones desquiciante. Tiene extrañas pero costosas aficiones muy arraigadas y estimulantes y le cuesta renunciar a ellas, incluso jugándose el matrimonio".
Ahí lo deja Mariñas, quien en una de sus últimas tardes con Teresa en ¡Qué tiempo tan feliz! se describió como víctima del acoso escolar cuando pertenecía al Frente de Juventudes (75 años le contemplan y en un estado envidiable) en su Coruña natal. Le robaron hasta la estilográfica y ahí dijo basta porque sin pluma, confesó, no era nada.
Unas parejas se rompen y algunas almas solitarias encuentran consuelo. Alborozo en Buckingham Palace. El príncipe Andrés está enamorado y la infortunada es ni más ni menos que Kylie Minogue, que se consuela en las faldas escocesas del hijo de la reina Isabel tras su ruptura con Joshua Sasse.
José Coronado se recupera satisfactoriamente de su infarto y el príncipe de Hannover, de una operación de urgencia. No está tan lozano como Keith Richards, pero marca el paso.