Cuatro años después de la quiebra de Orizonia, que dejó a más de 5.000 trabajadores en la calle y deudas de 2.000 millones de euros, el juez ha declarado fortuito el concurso de acreedores al que tuvo que acogerse el holding. Tras el acuerdo alcanzado entre las partes, los propietarios de la compañía --en manos del fondo de inversión estadounidense Carlyle-- deberán abonar diez millones de euros en indemnizaciones.
La cifra se aleja, no obstante, de los 160 millones de euros que reclamaban los administradores concursales, representados por Insolnet S.L.P. con Banco Sabadell como acreedor. Además, la fiscalía solicitaba la culpabilidad del concurso para 11 empresas de las 21 empresas que integraban el grupo y 34 años de inhabilitación para sus propietarios.
Se cierra el proceso judicial
Pese a ello, la administración concursal y Carlyle, accionista mayoritario de Orizonia, rubricaron finalmente un pacto por el que, con el pago de los diez millones, se dará carpetazo al proceso judicial.
Ahora, el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Palma de Mallorca ha dado validez al acuerdo mediante una sentencia en la que determina que los diez millones de euros contribuirán a facilitar la liquidación de las sociedades concursadas y a paliar los efectos negativos que produjo la insolvencia de las empresas.
Prioridad, indemnizar a los trabajadores
De hecho, la resolución judicial hace hincapié en que se debe priorizar el pago de las cantidades adeudadas a los antiguos empleados del holding.
La sentencia, de 11 páginas, insta además, no más tarde del 31 de marzo, a la aprobación del acuerdo por parte del Ministerio Fiscal así como a su ratificación por parte de las respectivas juntas generales de socios o accionistas y de las propias sociedades concursadas en liquidación.
El magistrado precisa que si ha adoptado la decisión de declarar fortuito el concurso es debido al abandono de la solicitud inicial de culpabilidad. "Técnicamente nos encontramos ante un desistimiento de la posición inicial", incide el juez, quien recalca, en cualquier caso, que se trata de una actuación "perfectamente al amparo del sistema procesal español".
Quiebra de Orizonia
Fue el 19 de marzo de 2013 cuando Iberotravel Vacations Holding y otras 20 sociedades del conglomerado turístico se acogieron al concurso de acreedores tras resultar fallidas las negociaciones que, durante cuatro meses, mantuvieron con acreedores e inversores.
La situación llevó a Orizonia a cerrar con el grupo Barceló la venta de 157 agencias de la red de Vibo y de la filial de su aerolínea Orbest en Portugal con una flota de tres aviones, además de vender a Globalia su división hotelera Luabay, que contaba con 700 empleados.