Dos empresas admiten que cobraron del Palau la reforma de las casas de Millet y Montull

Los responsables de dos empresas han reconocido en el juicio del caso Palau que facturaron a la institución cultural trabajos de reformas en los domicilios particulares del expresidente de la entidad Fèlix Millet y del que era su mano derecha, Jordi Montull.

"Nos decían que era la manera de gratificar el sueldo que no cobraban [del Palau]", ha dicho en su declaración como testigo este viernes el que era dueño de la firma FM2, Francisco M., que ha justificado que no estaba en condiciones de exigirles a Millet y Montull explicaciones sobre eso.

Francisco M. ha explicado que era Montull el que se encargaba de examinar las facturas "punto por punto" y que, en cambio, con Millet no hablaba nunca porque, según él, estaba a otro nivel y muchas veces ni le saludaba.

Por su parte, el que fue jefe del departamento de contabilidad de la empresa Triobra, Javier Gregorio L., ha explicado que cobraron al Palau de la Música las obras de ampliación de la casa que Fèlix Millet posee en L'Ametlla del Vallès (Barcelona).

Este testigo, que ya no trabaja en esa empresa, ha explicado que Montull era quien indicaba los conceptos que había que poner en las facturas para hacer pasar estas obras en domicilios particulares por trabajos en el Palau.

Billetes de 500

También han declarado este viernes como testigos el que era responsable de la firma Els Amics Construccions, Manuel M., y de Brodi 2000, Rafael R., al aparecer facturas con el nombre de estas empresas entre las que los responsables del Palau presentaron para justificar ante una inspección de Hacienda la salida de miles de euros en efectivo de las cuentas de la institución.

El fiscal Emilio Sánchez Ulled sostiene que Millet y Montull presentaron facturas falsas --por trabajos que no se habían hecho-- después de que una inspección de la Agencia Tributaria les pidiese explicaciones por la sospechosa circulación de muchos billetes de 500 euros entre las cuentas del Palau.

En este sentido, los dos testigos han asegurado que no tienen constancia de que estas facturas se correspondiesen por trabajos realmente realizados para el Palau y, además, uno de ellos ha dicho que incluso la fecha de la factura es posterior a que la empresa se hubiese disuelto.