Los profesionales sanitarios del Hospital de Mataró, en Barcelona, juegan su última carta. La falta de financiación y una intervención de la Generalitat que no ha aliviado la presión en el centro son los motivos que han llevado a los trabajadores a acudir al Consejo Comarcal del Maresme a la desesperada.
Una deuda de 2,1 millones de euros llevó a Salud a hacerse cargo de la gestión a finales de 2015, de modo que el hospital perdió su autonomía. La intervención está previsto que termine a finales de 2018, pero la situación está lejos de mejorar y, de momento, se perpetúa. Los profesionales se quejan de un aumento continuo de las listas de espera, una obsolescencia del instrumental cada vez más acusada y carencias arquitectónicas.
Sin competencias
Es por esta razón y ante el “olvido” de la consejería dirigida por Toni Comín que los trabajadores han decidido trasladar sus preocupaciones a la Administración de la comarca del Maresme. Y es que no solo es el Hospital de Mataró el que está saturado, sino que los demás centros que forman parte del Consorcio Sanitario del Maresme (CSdM) también pasan por problemas, aseguran fuentes sanitarias.
“Una auditoría técnica cuantifica en 23,7 millones de euros la falta de presupuesto para el CSdM, 10,5 millones de los cuales son urgentes; hace un año que el departamento conoce estos resultados y todavía no hemos recibido respuesta”, indican las fuentes sindicales.
Ahora, intentarán presionar a través del Consejo Comarcal, con quien se reunirán este martes, una vez agotadas las vías municipal y autonómica. Esta institución, sin embargo, no tiene competencias en sanidad: “Lo único que pueden hacer es pedir dinero”.
Fin de la intervención
El alcalde de Mataró, David Bote (PSC), ya mostró su descontento con las políticas del consejero y le dio plantón. El primer edil destacó la “poca atención” que reciben su ciudad y toda la comarca por parte de Salud. Es más, los trabajadores han denunciado en reiteradas ocasiones que no solo no se aumentan las partidas, hecho que la consejería justifica con la falta de presupuestos, sino que Comín anunció como nuevas unas dotaciones que ya había previsto su antecesor en el cargo, Boi Ruiz.
Fuentes sindicales aseguran que es precisamente con el fin de la intervención de la Generalitat que esperan que se empiecen a recuperar los centros, ya que la gerencia volverá a tener entonces la capacidad de contratar a profesionales. En cuanto a las instalaciones y el instrumental, el problema es estructural, explican los propios médicos, al afectar alrededor de un 80% de los aparatos clínicos y diagnósticos.