La polémica de las terrazas de los bares no tiene fin en Barcelona. Va camino de convertirse en una crisis.
La nueva regulación que el ayuntamiento plantea para este verano tiene a los vecinos en vilo. El consistorio liderado por Ada Colau no quiere marcarse plazos. Insiste, por eso, en que se aprobará "pronto". Será la segunda regulación en este sentido del gobierno municipal en los últimos nueve meses.
"Disfunciones heredadas"
El actual equipo de gobierno sustituyó la ordenanza que puso en liza Xavier Trías (CDC), antecesor de Colau en el cargo, porque “tenía disfunciones heredadas”. Pero los ciudadanos que se han movilizado opinan que a día de hoy “todo sigue igual”.
La gestión de las terrazas suele depender del área Urbanismo, que lidera Janet Sanz (BComú). La líder ecosocialista se encargó de su gestión hasta hace unos meses. En la actualidad, la responsabilidad recae en sus socios. Concretamente, del área de Territorio que encabeza Daniel Mòdol (PSC).
Manifiesto de los vecinos
Los vecinos han tardado poco en hacerse notar. Consideran que no se les escucha ni se les respeta. De hecho, medio centenar de entidades se han sumado al manifiesto de la Federació d’Asociacions de Veïns de Barcelona (FAVB) para denunciar la situación.
Los ciudadanos piden al ayuntamiento que no prime los beneficios económicos de los bares y restaurantes. “No cumplen la normativa ni se les sanciona, sino que se les prioriza sobre nosotros”, protestan.
Terraza que invade más de la mitad de la acera y apenas deja paso a lops peatones en la plaza Sagrada Familia / CG
Fuentes del equipo de Gobierno aseguran que el objetivo de la nueva regulación es el de “satisfacer a todos los colectivos y gremios”.
Desconocen el informe
Aseguran que la nueva ordenanza recogerá “la singularidad de cada lugar y de cada territorio de la ciudad”. En cuanto al manifiesto de los vecinos, mantienen que no conocen el texto.
“No hay debate entre terrazas sí o terrazas no”. Con estas palabras explica la circunstancia el vicepresidente segundo de la FAVB, Joan Barañach. Critica “el crecimiento exponencial de las terrazas y su ocupación del espacio público”. “El ayuntamiento conoce de sobra la situación porque lo hemos avisado en múltiples ocasiones”, cuenta Barañach a Crónica Global.
La FAVB piensa que la potencia del sector de la restauración en Barcelona les deja indefensos frente a las presiones del lobby. "Es un hueso duro de roer", sentencia su representante.
"Se comen las calles"
Los vecinos reconocen que las terrazas forman parte de la vida cotidiana de la ciudad y ejercen de espacios de reunión. Sin embargo, piden que “no se coman las calles como ocurre ahora” y que respeten “los espacios públicos, que son de todos”.
Terraza con vistas a la Sagrada Familia en la calle Mallorca / CG
En esta línea, Barañach incide en que existen diversas zonas de la ciudad donde los residentes tienen muy complicado hacer su vida diaria e incluso “descansar”. “La saturación en algunas calles como Enric Granados es enorme”, indica.
Una de las demandas de la FAVB es que se aumente el precio por mesa y día que se cobra a los propietarios del establecimiento al aire libre. “Que paguen 55 céntimos es una vergüenza”, lamenta su portavoz.
La organización lo tiene claro: quieren disfrutar de la ciudad y de sus terrazas. Pero que estas sean "habitables, sostenibles y que respeten el medio ambiente". Ahora, son Colau y sus socios de gobierno los que tienen la piedra en su tejado.