“Insultos, vejaciones y hasta un coche volcado”. Éstas son algunas de las agresiones que denuncia que han recibido algunos de sus conductores a manos de taxistas Cabify, la compañía tecnológica que ofrece transporte privado. Ha sido tanto en Madrid como en Barcelona, durante la huelga del colectivo del pasado jueves.
En un ambiente de aumento de la tensión entre ambos sectores, la empresa niega las acusaciones del portavoz del sindicato Élite Taxi, Alberto Álvarez, quien aseguró que algunos conductores de Cabify habían roto ventanas de taxis con piedras en el aeropuerto de El Prat.
Es ante estas “agresiones” que la compañía ha anunciado acciones legales para proteger a sus usuarios y a sus conductores. A través de un comunicado, exige también la aplicación de medidas para acabar con esta situación, que consideran que tienen que llegar a la “retirada de licencias en caso necesario”.
El pago de impuestos
La huelga de taxistas, que terminó con un intento de entrar por la fuerza en el Ayuntamiento de Barcelona para que la alcaldesa, Ada Colau, les recibiera, tenía como principal objeto de protesta el aumento de permisos, que piden no llevar a cabo con tal de frenar la economía colaborativa.
En este sentido, Cabify se justifica en su escrito y asegura que cumple con todos los requisitos fiscales en España pese a tener su matriz en Estados Unidos y que paga todos los impuestos que le corresponden.