La muerte de una cuarentena de refugiados somalíes tras sufrir un ataque aéreo mientras estaban a bordo de una embarcación en el Mar Rojo, ha provocado duras condenas internacionales.
"El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) está horrorizado por la muerte de refugiados cuando el barco que los llevaba del Yemen a Sudán fue atacado" en la tarde del jueves, declaró a la prensa el portavoz del organismo, William Splinder. El ACNUR tiene equipos que están en el lugar de los hechos atendiendo a los sobrevivientes y, según la información que maneja, la embarcación llevaba a 140 personas, de las que una cuarentena fallecieron, siendo la mayoría de las víctimas somalís.
El ataque ocurrió a unos 55 kilómetros al sur del puerto yemení de Al Hudeida, cuando un helicóptero de la coalición militar árabe, que apoya al presiente Abdo Rabu Mansur Hadi, disparó contra el barco. Ese puerto constituye la principal salida a las aguas del mar Rojo y está controlado por los rebeldes hutíes, mientras que la coalición -liderada por Arabia Saudí y apoyada por un grupo de países árabes y por Estados Unidos- mantiene el control total del espacio aéreo.
“La escena es desgarradora. He visto a hombres, mujeres y niños muertos u horriblemente heridos”, relató el colaborador del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) Eric Chistopher Wyss al llegar a lugar al que fue remolcada la embarcación con la ayuda de pescadores. “Los sobrevivientes nos han dicho que muchos pasajeros eran refugiados de Somalia y del Yemen que huían del conflicto”, agregó.