La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha exigido una legislación europea que regule los niveles de sustancias químicas perjudiciales para la salud en envases de comida rápida, como pizza, hamburguesas, patatas fritas y palomitas.
Esta petición se ha producido después de un estudio, elaborado por la OCU en colaboración con Euroconsumers y el Danish Consumer Council, sobre 65 productos diferentes de España, Bélgica, Italia y Portugal.
El peligro: papel y cartón
Una de las principales conclusiones es que los envases de papel y cartón presentan perfluorados (PFAS), unos compuestos que al migrar podrían tener efectos perjudiciales para el medioambiente y la salud.
La OCU ha tomado para el estudio envases de productos, en su mayoría de comida rápida, más algún otro producto de gran consumo, en los que se aúnan un alto contenido en grasa y calor (dos factores que aumentan el riesgo de migración).
Los resultados
En otros países sí se detectó en las cajas de pizza una presencia de compuestos en algo más de la mitad de las muestras, pero en ninguna de las españolas. Por otro lado, en España se analizaron los envases de hamburguesas de distintas cadenas pero el resultado fue negativo en todos ellos, no así en estas mismas cadenas analizadas en otros países, con peores resultados.
Los envases hechos de cartón para las patatas fritas son los más conflictivos, a pesar de que la de Burger King Satisfries fue la única que se recogió en España. En las dos bolsas de palomitas de microondas examinadas --Eagle Pop Up y Popitas-- encontramos valores significativos de PFAS. En cambio, en las muestras de cajas de palomitas de cine la OCU no registró rastros considerables de las sustancias buscadas.