Tras la detención de Bartolomé Tolo Cursach el pasado martes en Palma de Mallorca, las repercusiones a su arresto no se han hecho esperar.
Varios empresarios del ocio en Baleares han comparecido ante el juez en calidad de testigos y han denunciado prácticas abusivas y amenazas, con tal de no hacer competencia a las empresas de las que era propietario el Rey de la noche de Mallorca.
Algunos de ellos explican que los empleados de Crusach les obligaron a vender sus negocios, y que incluso amenazaban a sus familias. "Hay una tumba sin nombre para ti”, “esto lo va a pagar tu familia, sabemos donde viven”, o “ten cuidado con la moto, tu no eres nadie”, fueron algunos de los abusos verbales que recibieron estos empresarios, según su declaración ante el juez.
Asimismo, varios de ellos han asegurado que la Asociación de Comerciantes y Empresas de Servicios Turísticos de Mallorca (Acotur) "se financia por el Grupo Cursach", y que cuando éste quiere acosar a alguna empresa “lo hace a través de Acotur".
Control de la Policía Local
Diferentes testigos también han señalado ante el juez que varios mandos de la policía local conocían el trato de favor al Grupo Cursach y que incluso participaban de él.
Así lo expone el auto de prisión dictado por el juez Manuel Penalva contra el empresario balear, y uno de sus directivos, Bartolomé Sbert.
En concreto, el juez incide en que Cursach ejercía "control absoluto" sobre diferentes mandos de la Patrulla Verde y la policía local.
Uno de los agentes de la policía local afirma que puso en conocimiento de sus superiores algunas de estas irregularidades y que éstos le dijeron que "eran hechos muy graves", y que se iniciaría una investigación interna que al parecer “nunca se produjo o no llegó a ninguna parte".