La brecha del gasto sanitario entre comunidades autónomas se ha duplicado desde el inicio de la crisis económica en 2008, hasta alcanzar en 2014 una diferencia del 54% entre la que más presupuesto destina y la que menos.
Así se recoge en el informe La Sanidad Española en Cifras, elaborado por el Círculo de la Sanidad y la Fundación Gaspar Casal, que ha analizado los indicadores relacionados con la gestión sanitaria en España de 2014 y 2015.
"Hay comunidades que gastan en sanidad un 54% más que otras, lo que habla de un sistema desestructurado, ineficiente e incapaz de asegurar la igualdad", denuncia el presidente del Círculo de la Sanidad, Ángel Puente.
Entre las dos castillas
En concreto, en 2014 fue Castilla y León la que tuvo--1.623 euros-- mayor gasto en sanidad por habitantes, mientras que Castilla-La Mancha fue la que menos --1.123--.
En cambio, en 2008 la diferencia entre la región que más destinaba --Extremadura, y la que menos --Baleares-- era del 27%.
Ante esta situación, Puente reclama que el Ministerio de Sanidad dé "un paso adelante" para asegurar que en España se garantizen unas condiciones mínimas de atención sanitaria equitativas para todos los ciudadanos.
Público-privado, sinónimo de calidad
Además, el informe muestra cómo en 2012 la brecha sanitaria en gasto por habitante fue incluso mayor. Entre la que más destinó --Cantabria-- y la que menos --Castilla-La Mancha-- hubo una diferencia del 69%.
Respecto a ese año, el gasto sanitario por habitante se ha reducido en un 3,4%, un resultado “acorde con los recortes, la crisis, y las estrategias de contención”.
Mayor espera
El informe también arroja diferencias durante la crisis. La mortalidad ha bajado y hay mejor estilo de vida, pero también hay menos camas, un aumento de las listas de espera, y una desconfianza del ciudadano con el sistema.
En este sentido, el sedentarismo --17,5%--, el consumo de tabaco --4%--, y el de alcohol--5,9%-- se han reducido entre 2011 y 2014.
En cambio, la tasa de pobreza refleja las secuelas de la crisis y ha crecido en un 6,3% entre 2012 y 2015, con un aumento de los problemas de salud mental y de los suicidios.
De igual modo, la morbilidad hospitalaria ha crecido un 2,5% y, mientras que la lista de espera para operarse ha bajado, la demora para ser llamado por el médico ha aumentado --36%--, sobre todo en el departamento de Ginecología.