El Papa ha instado este sábado a todos los sacerdotes a abrir las puertas de la Iglesia católica a los jóvenes que viven juntes sin casarse. Lo ha hecho en su discurso en el Vaticano en el curso de formación para párrocos promovido por la Rota Romana sobre el nuevo proceso matrimonial.
Francisco ha señalado que los que han decidido convivir sin pasar por el altar “en el plano espiritual y moral, están entre los pobres y los pequeños para los que la iglesia, sobre las huellas de su Maestro y Señor, quiere ser madre que no abandona sino que se acerca y por los que se preocupa”. Ha asegurado que “también son personas amadas por el corazón de Cristo” y pide para ellos una “mirada de ternura y de compasión”.
Otro cambio de signo del líder de los católicos. Hasta ahora, se censuraba la convivencia en pecado tras años en los que las alianzas han caído. Especialmente las religiosas.
Contacto con el actual tejido social
El Papa también ha solicitado a los sacerdotes a estar “cerca de aquellos cónyuges que a causa de serios problemas en su relación tienen necesidad de reavivar la fe y volver a descubrir la gracia del Sacramento”. Incluso para los que “en ciertos casos piden indicaciones para iniciar un proceso de nulidad”.
“Nadie mejores que ustedes conoce y está en contacto con la realidad del tejido social en el territorio, experimentando su variada complejidad: uniones celebradas en Cristo, de hecho, civiles, fracasadas, familias y jóvenes felices e infelices”, ha sentenciado.
Presencia española
Pide entre líneas un ejercicio de realismo para poder ejercer de “compañeros de viaje de toda persona y en toda situación”, el papel que según su punto de vista debería ejercer un sacerdote católico.
Entre los presentes en la escuela de formación de la Rota Romana se encuentra el cardenal español y arzobispo de Madrid Carlos Osoro Sierra. Ha asistido para tomar posesión del título cardenalicio en la iglesia de Santa María en Trastevere.