Fátima Kanagui Damacio, de 35 años, nacida en Barcelona, pero con pasaporte de Guinea Ecuatorial. Esta mujer ha sido la compañera sentimental del presunto narcotraficante Tarek Domínguez durante 15 años. Es la madre del hijo de ambos, Nasser, de 13 años.
Cuando Tarek desapareció, el 15 de enero de 2014, Fátima ya no vivía con él, pero seguía siendo su amiga y confidente tras tantos años de relación sentimental. Ahora, ella ha roto su silencio harta de leer “injusticias” e informaciones “no contrastadas con la realidad” referentes a su exmarido.
Cuando se le pregunta sobre dónde está Tarek, y qué ha sido de él, los ojos de Fátima se humedecen y se limita a responder que “Tarek ha sido víctima de la Operación Macedonia”.
“No huyó”
Repreguntada al respecto, no quiere ser demasiado explícita en la respuesta, “porque Tarek tiene una madre y un padre, ambos muy enfermos y que están sufriendo mucho con esta situación”. Sin embargo, sí toma partido cuando afirma: “Es imposible que Tarek haya huido. Imposible. Tarek jamás hubiera abandonado a su hijo, por el que sentía un amor total y absoluto. Le conozco como nadie y sé que nunca le abandonaría”.
Por lo tanto, la hipótesis del grupo de desaparecidos de los Mossos d'Esquadra, según la cual Domínguez murió asesinado, es, aunque no lo quiera verbalizar, la que sostiene esta mujer. Por el contario, la teoría de la huida al verse atrapado por la justicia –imputado en la Operación Macedonia--, o por clanes rivales, ni la contempla. Esta es la versión que defiende el Cuerpo Nacional de Policía.
Era un capo
Fátima insiste. “Tarek era un nombre importante, pero no era un chivato. Nunca se chivaría de gente que estuviera por debajo de él, y los detenidos en la Operación Macedonia eran mindundis comparados con él. En vez de decir tantas tonterías sobre mi excompañero, se debería investigar a la propia policía. Se tendría que saber que Tarek mantenía unas relaciones muy tensas con un grupo de policías que, en alguna ocasión, le llegaron a robar importantes partidas de droga”.
Según esta mujer, “Tarek tenía en propiedad o en alquiler distintas plazas de aparcamiento. Allí estacionaba vehículos en cuyos maleteros almacenaba la droga, fundamentalmente cocaína, que distribuía. Una vez, en un aparcamiento --explica Fátima--, Tarek fue apaleado por un grupo de policías y se llevaron la mercancía. Ni siquiera lo camuflaron con una incautación policial. Pura mafia”.
Muchos enemigos
Fátima reconoce, evidentemente, que sabía de la actividad del que fue su compañero sentimental durante 15 años. Insiste en que "no era un santo, pero nunca le hizo daño a nadie": "No bebía, no fumaba, no se drogaba. Era campeón de kick boxing, un hombre bueno que nos quería con locura". "Había más gente de la que se piensa o se dice interesada en hacerle daño”, concluye enigmática... "y todo empezó con la Operación Macedonia".