Padres buscan colegio. Comienza la temporada de puertas abiertas y, con ella, el peregrinaje de las familias de un centro educativo a otro en busca de la mejor opción. Cuestiones como la confesionalidad o la disgregación por sexos marcarán la formación recibida. Un manual elaborado por la Universitat Oberta de Cataluña (UOC) establece una guía para la búsqueda.
Los niños pasan la mayor parte de su día en la escuela. Por eso se trata de encontrar “la máxima coherencia entre los valores de la familia y los del centro”, según explica Guillermo Bautista, uno de los autores del Decálogo para escoger escuela. Dilemas como centro público frente a concertado o privado son menores para el experto, que insiste en centrarse en el “proyecto educativo”.
¿Religioso o laico?
Indagar en el proyecto educativo sirve para “evitar sorpresas”, señala Bautista. En el caso de escuelas confesionales es imprescindible conocer qué relevancia toma la religión: cómo y cuánto se enseña. “Hay padres que escogen un colegio religioso y luego se sorprenden de que se le haga rezar al niño”, recrimina.
“Una de las características deseables de la escuela es que sea diversa”, valora. Por eso, recomienda buscar centros “que enseñen religión desde una visión de diversidad y respeto”. En este sentido, “la escuela pública ha hecho una gran labor de inclusión e integración social”, enfatiza.
Disgregación por sexos y extraescolares
El experto no recomienda la disgregación por sexos. “El proceso educativo no se puede segmentar”, argumenta Bautista. La escuela es un agente educativo que tiene “finalidad compensatoria” respecto a la recibida en el hogar y una visión parcial de la sociedad no contribuye favorablemente.
El deslumbramiento por las extraescolares es otro peligro. El niño puede hacer actividades fuera del colegio, en clubes o asociaciones, así que los cursos culturales y deportivos ofertados como complemento no deben ser un factor definitivo a la hora de tomar la decisión.
Además, la sobrecarga de extraescolares agota al menor. La recomendación del experto es escoger pocas actividades, incluso solo una, “con la que el niño se identifique y con la que se comprometa”.
¿Centro público o privado?
“El criterio principal ha de ser el proyecto educativo de la escuela. Más allá del programa, cómo se lleva a la práctica”, ha explicado Bautista. Eso se puede saber a partir de los horarios: cuánto tiempo dedican a cada materia, si concentran o dividen las clases. También, en la propia sesión de puertas abiertas se puede dilucidar cuál es el trato que da el centro a los niños, el papel que se les otorga en su propio aprendizaje.
Cada centro presenta tantas especificidades que no se puede englobar a todos los públicos, privados y concertados como tres categorías estancas. Por eso, los expertos animan a profundizar en la oferta del colegio y a preguntar sin dejarse impresionar por la jornada de puertas abiertas, cuando la escuela se viste de largo y hace gala de todas sus bondades.