Habla muy claro. La conservadora del Museu de Lleida, Carme Berlabé, defiende a ultranza su labor de protección del patrimonio artístico, que considera una prioridad que magistrados y políticos “no tienen en cuenta” en el proceso judicial sobre las obras de Sijena (Huesca). Pero también denuncia que detrás de esta polémica subyace un ataque contra Cataluña.
Una sentencia de un juzgado de Huesca ha ordenado a este centro leridano la devolución de 44 piezas procedentes del Monasterio de Sijena a su emplazamiento original. “Todo esto lo vivimos y lo sufrimos como una agresión hacia la labor que hacemos aquí. Nos cuestionan y nos calumnian”, explica Berlabé a Crónica Global.
De las 44 obras reclamadas, el museo tiene expuestas siete; entre ellas, cuatro fragmentos del retablo de Santa Ana, de alabastro, atribuido al escultor Gabriel Yoly (1529-1530), y tres cajas sepulcrales de Francisquina de Erill y Castro (Miquel Ximénez, 1494), Beatriz Cornel (segunda mitad del siglo XV) y de Isabel de Aragón (atribuido al taller de Blasco de Grañén, 1434). “Algunas de esas piezas no se pueden ni tocar. Cuando hicimos el traslado a nuevas dependencias, solo tuvimos que cruzar la calle, pero lo pasamos muy mal. El Monasterio de Sijena no dispone de las condiciones adecuadas. Un monasterio que los catalanes no quemamos”, precisa.
Oligarquía medieval
Se refiere al debate suscitado sobre la autoría del incendio en la Guerra Civil y que forzó el traslado de las obras. Berlabé asegura que las piezas “son muy representativas de la historia de Cataluña, en el contexto de la Corona de Aragón, sí, pero emblemáticas de una oligarquía medieval” en la zona leridana. Confiesa, no obstante, que la polémica, que asegura estar "llena de manipulaciones y de intoxicación mediática”, no ha ido acompañada de un aumento significativo de la afluencia de visitantes. “Se nota algo más de público, pero no podemos decir que ‘nos las quiten de las manos’”.
La conservadora explica que la Consejería de Cultura de la Generalitat ha pedido la descatalogación de las obras tras la resolución judicial, pero “no pueden salir de aquí porque es patrimonio catalán”, insiste. Confía, no obstante, en que se encuentre una solución porque “si el terrorismo puede acabar en una mesa de negociación, también pueden hacerlo las obras de Sijena”.
Carme Berlabé lamenta que “lo que menos interesa a nivel político y judicial es la conservación de las obras” y acusa al alcalde de Villanueva de Sijena (miembro del Partido Aragonés) de actuar de forma partidista, pues “también hay obras en el Museo del Prado o en el museo de Santa Cruz de Toledo procedentes de Sijena, pero no se atreven a reclamarlas. Si uno puede arrancar estas piezas a los catalanes, será un triunfo”.