El juez central de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, José de la Mata, anda con la mosca tras la oreja. Y cuanto más indaga en el asunto, más aumenta su mosqueo.
El pasado mes de julio la UDEF le hizo partícipe de un informe (Inf: 9842) sobre el contenido de un pen drive que arrojaba abundante información sobre actividades supuestamente irregulares del clan Pujol.
Desde hace meses, el juez y la fiscal del caso, Belén Suárez, andan rebuscando sobre la autoría de esta memoria USB. No sólo eso, quieren saber cómo llegó a la UDEF y cuál ha sido su “cadena de custodia”.
A mí que me registren
Pero en la UDEF y en la Dirección Adjunta Operativa (DAO), nadie sabe nada del asunto. Ni saben ni, a partir de lo visto, tienen ganas de saber. Pelotas fuera y “yo no sé nada porque no estaba o no me acuerdo”.
Esas son las respuestas que se dejan oír en el despacho de De la Mata cada vez que éste ha llamado a capítulo a un mando policial para que le explique el origen de ese volcán de información sensible sobre los Pujol.
El día 14 de octubre del año pasado, el actual jefe superior de policía en Galicia y excomisario jefe de la UDEF, Manuel Vázquez, compareció ante el juez en calidad de testigo. Vázquez contestó al juez y a la fiscal que el USB se lo dio el inspector jefe del DAO, Bonifacio Díaz, y que supone que procede --no hizo ninguna verificación al respecto-- del registro que en su día llevó a cabo la policía de Barcelona en la sede de la agencia de detectives Método3.
Diez días después, compareció ante el juez el inspector adjunto a la dirección operativa de la policía, Bonifacio Díaz. Este mando policial, mano derecha del destituido comisario Eugenio Pino, no recuerda si le dio o no esa memoria a Vázquez. De hecho, no recuerda nada del ese pen drive, ni de dónde salió ni adónde fue a parar, sólo sabe que cuando lo trató de cotejar vio que ya estaba archivado en el disco duro de la DAO.
El comisario Eugenio Pino presentó un escrito ante el juez que, tal y como adelantó El Español, dice que la información almacenada procede de dos “colaboradores-informadores voluntarios procedentes de la agencia de investigación Método3 y que el clan Pujol habría intentado hacer desparecer esos documentos previo pago de 700.000 euros".
Aguas turbias
El director de Método3, Paco Marco, niega la mayor. “Los datos de ese pen drive no son de mi agencia. Son obra de dos exempleados en nómina de Interior, que es cosa bien diferente”. Los exempleados han anunciado acciones contra Marco por declaraciones como ésta, pero el director de la agencia no se amilana y añade que estos detectives (Julián Peribáñez y Antonio Tamarit) cobraban por sus “servicios de inteligencia” de fondos reservados del ministerio. Ambos esperan que de un momento a otro el juez les cite a declarar. En la Audiencia Nacional saben que esta historia se ha enfangado y que será difícil obtener conclusiones nítidas. Nadie miente. Nadie dice la verdad. O todo lo contrario.