En Barcelona coincidieron este sábado diversas reivindicaciones ciudadanas. Por una parte, más de un millar de personas se reunieron para realizar una ocupación popular en las Ramblas bajo el siguiente lema: Barcelona no está en venta. Entre los asistentes se contaron, sobre todo, activistas de la PAH y asambleas vecinales de distintos puntos de la ciudad. La marcha, que pretendía "recuperar la ciudad para el vecindario" denuncia la subida de los precios de la vivienda, la precariedad laboral y el "descontrol" del turismo.
Paralelamente, cientos de personas se concentraron en la avenida Maria Cristina, en la que terminó la llamada Marxa Pagesa. Así, la avenida vio desfilar a unos 500 tractores procedentes de todo el territorio catalán. Convocados por la Unió de Pagesos, muchos de los asistentes llevaban petos verdes en los que se podía leer la consigna "Lucho por la dignidad de la pagesia". A la protesta se unieron la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona, así como los sindicatos UGT, CCOO y USOC. A la tractorada, que comenzó el jueves y culminaba este sábado, asistió la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, su primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, y el portavoz de En Comú Podem, Xavier Domènech.
Las ‘estatuas humanas’ alzan la voz
Por último, las estatuas humanas de las Ramblas se manifestaron en la emblemática calle en protesta por la nueva normativa que prepara el equipo de gobierno de Ada Colau. Éste les obliga a llevar a cabo sus actividades artísticas en la parte final de las Ramblas, en la zona de Santa Mónica, que ellos califican de inhóspita. La protesta contó con el respaldo de asociaciones de vecinos de la zona, así como de los sindicatos.