De casta le viene al galgo. La madre del autobusero de escolares que volcó el vehículo el miércoles defiende el positivo por cocaína de su hijo: “Es que consume cualquiera”. Matiza que probó la droga el viernes, en una fiesta. La mujer añade que están arruinando la vida del hombre, de 34 años.
La mujer defiende que “no puede dar positivo” porque pasaron muchos días desde el consumo hasta el accidente y el resultado del narcotest, que mide los registros de drogas en las últimas horas. La madre se ha expresado desde el anonimato en el programa Espejo Público de Antena 3.
Primer accidente
“En su trabajo no [consume cocaína]”, insiste la mujer, que desea que se trate de “un falso positivo”. Pasó el fin de semana en casa y, según su versión, no tomó drogas. “¿Por qué lo ponen como si fuera un asesino, cuando le encantan los niños? Es verdad que mi hijo es muy nervioso, pero es su manera de ser”, cuenta.
La madre del autobusero también explica, de forma iracunda, que su hijo no bebe y solo fuma muy de vez en cuando. Y que lleva conduciendo “un montón de años”. Tiene el permiso de autobusero desde hace cuatro o cinco años: “Es la primera vez que ha tenido un accidente de tráfico”.
Culpa a los padres y a los menores
La mujer también niega que su hijo condujera dando tumbos y, a pesar de que entiende la preocupación de los padres de los escolares, asegura que ella también sufre: “Es una vergüenza lo que están diciendo de él. Es lamentable. Primero que investiguen y luego que lo juzguen”. Cuestiona que nadie se quejó hasta que ocurrió el accidente.
Precisamente, sobre las causas del siniestro, el conductor ha manifestado ante la Guardia Civil que cuando tomó la rotonda se le bloqueó el volante, intentó enderezarlo y volcó el autobús; “no hay nada más”. Ha perdido el trabajo y no ha podido dormir. Está en libertad con cargos.
Dada de alta
La joven de 13 años que permanecía ingresada tras el accidente, ha recibido el alta hospitalaria este jueves. Ella fue una de las 22 personas atendidas. El conductor mostraba “clara sintomatología” de ir drogado, mientras que la mayoría de los escolares no llevaba puesto el cinturón.